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Aguas de San Pedro

  • 14 octubre 2019 /

Noé Vega

En la crisis del agua estamos frente a una sociedad que es como un vehículo que tiene combustible, pero no le funciona el motor; porque estamos frente a la peor crisis por agua que haya enfrentado el país, pero a la vez estamos en la era donde la gente está más informada que nunca, pero no educada y eso marca la diferencia, pues no es lo mismo estar informado que educado.

Estamos esperando que otros vengan a salvarnos desde afuera, los israelíes dejaron claro el mensaje para los hondureños, no venimos a salvarlos, venimos a decirles qué hacer para que puedan sobrevivir a esta y a la peor crisis que se avecina por el agua, ustedes tienen agua, pero no la saben utilizar nos dijeron. Necesitamos educarnos en este tema nos dijeron los judíos, desde las escuelas es donde debe comenzar este proceso de educación para el buen uso del agua, así que soluciones mágicas venidas de otros lares no existen, o nos educamos o pereceremos.

La dimensión de información que esta sociedad tiene no se puede comparar con ninguna otra época, pero las conciencias no están educadas y el entorno no contribuye en nada a quien sí tiene esa educación y quiere comportarse según ella. Es que todo el entorno está diseñado con base en una cultura de derroche, de mala utilización y de fugas permanentes de agua, por eso ya tiempo propusimos que exista un fiscal del agua para que pueda vigilar que este recurso vital no se desperdicie más y proceda contra quien lo haga, pues aquí se bota agua por todos lados, en los restaurantes, los sistemas de distribución tienen fugas por todos lados y en los hogares todavía se vive sin conciencia.

En esta ciudad no tenemos la crisis como la que está enfrentando la capital y otros lugares del país, podríamos decir porque está privatizada, aunque no nos agrade esta palabra, pero aquí la experiencia de privatización parece estar funcionando, no vamos a decir que es de esas pocas decisiones de los políticos que sí aciertan, si no más bien que después de todo, aunque con muchos rodeos y sin usar eufemismos, tenemos que reconocer que el agua en San Pedro Sula no ha sido mal manejada por la empresa privada que la distribuye.

Hoy todos hablan de ahorrar el agua, de cuidar el bosque, de reducir los gases de efecto invernadero, pero que se haga en Brasil en la Amazonia, pero no aquí en nuestro propio patio donde usted se baña y no reutiliza esa agua que usa, donde se abre el grifo para cepillarse los dientes en vez de utilizar un recipiente; no hay conciencia, no hay educación y sin estas dos cosas podemos tener toda la información del mundo y no pasará nada; necesitamos que todo ese combustible de información sea capaz de producir gente educada, pero mientras la conciencia no se active el vehículo seguirá sin moverse, pues el motor no le funciona.