19/04/2024
08:41 AM

¡Ignorante!

La ignorancia no solo en las cosas que nos rodean, sino en la vida interior que crea el mundo exterior en el que nos desarrollamos.

Alejandro Espinoza

¡Todos somos ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”: Albert Einstein.

Según el diccionario de la Real Academia Española, es falta de ciencia, desconocimiento de la ley; que precede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse. Lo más lamentable es la ignorancia histórica que hemos arrastrado por cientos de años, cultural y espiritual.

La falta de exigencia, el poco interés de no solo nuestra historia, sino de hacer historia, la susceptibilidad de ser manipulados, las versiones distorsionadas e inventadas, la historia no es de derechas ni izquierdas, la historia es de todos y somos llamados a cambiar la historia de nuestra nación. “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”: Simón Bolívar. Para muchos, la ignorancia es llamada felicidad, lo cierto es que vivir en ella no es ningún paseo ni es gratis.

La ignorancia no solo en las cosas que nos rodean, sino en la vida interior que crea el mundo exterior en el que nos desarrollamos. El nivel emocional, siendo ignorantes de la deficiencia internas de nuestra agresividad, apatía, arrogancia, codicia y perversiones. Ser ignorante de algo es ser víctima de ello.

“Por la ignorancia se desciende a la esclavitud; por la educación se asciende a la libertad”: ángela Pritchard. Hay una diferencia entre el conocimiento y la sabiduría: el conocimiento lleva a decir “No hay Dios, mira lo que hemos logrado sin Dios”, Salmo 14:1. “Dice el necio en su corazón, no hay Dios”. La ciencia ha aumentado y no va acompañada de la sabiduría.

El hombre se corrompe y se va a la destrucción, pues el principio de la sabiduría es el temor de Dios. La decisión es de cada uno de saber escoger: “Os he puesto delante de ti hoy la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia”. Deuteronomio 30:19.