25/04/2024
02:18 PM

Como ser autoridad ideal

Hay que recordar que todo esto puede ser pura literatura y palabras huecas. La veracidad de todo esto depende de si se vive o no se vive.

Mimí Nasthas de Panayotti

La razón de ser de la autoridad es consolar a los hermanos. Y consolar significa comprender, acoger, estimular, alentar... casi, casi realizar la función de MADRE, es decir, dar a luz, cuidar, atender, perdonar, en una palabra, todo lo que hace la Madre. El verbo consolar está lleno de matices vivenciales que identifican el ideal de una autoridad. Para la oveja, el pastor es su papá y mamá. Es guía, guardián y conductor. Es fuerza y cariño. Le da de comer y beber. Le cura las heridas. Es seguridad. Es defensa y protección contra los lobos. A cada oveja la conoce por su nombre. Es bondad y misericordia que constituyen la raíz de la confianza.

Hay que recordar que todo esto puede ser pura literatura y palabras huecas. La veracidad de todo esto depende de si se vive o no se vive. Solo cuando hay una experiencia de Dios, una vivencia fuerte de fe, entonces y solo entonces estas palabras son exactas y hasta cortas. El Señor es mi pastor y nada me falta.

Estas palabras, con su significado, gradualmente se convierten en parte de uno mismo y se reflejan en todo cuanto decimos o hacemos. Si cada árbol que tiene un tumor, si cada hermano que tiene una crisis, una rebeldía, un momento difícil, lo tratamos con juicio y condenación, solo con el poder, todo se nos puede transformar en muerte y cementerio porque detrás de cada crisis hay siempre una carencia afectiva. El poder de la autoridad, si no hay ternura y paciencia produce rebeldía, desolación y muerte. El instinto humano natural es tratar a las personas molestas con juicio y condenación, y el rebelde se hace más rebelde. Corrección sí, pero con dulzura.

La autoridad debe mostrar un ideal, y un ideal no es para ser alcanzado con una mano. El ideal orienta, cuestiona, inspira. El camino de la autoridad es siempre el camino del amor y no necesariamente el camino del orden, de la justicia o de la estructura. P. Ignacio Larrañaga.