19/04/2024
12:32 AM

Amenaza alemana

Los más provocadores hablan no solo de la aceptación de los curas casados, sino incluso de que, para la eucaristía.

Mirando hacia atrás sobre lo ocurrido en estos seis años de pontificado del papa Francisco, se puede percibir que hubo, casi desde el principio, una gran preocupación en el sector de los católicos que querían seguir siendo fieles a la Palabra de Dios y a la tradición.

Esa preocupación tuvo su momento álgido en los dos sínodos sobre la familia. No era raro oír hablar en esos dos años de cisma. Curiosamente, la “Amoris laetitia” sirvió para rebajar la tensión, puesto que no se cumplieron las peores expectativas y podía ser interpretada con un criterio de continuidad con el Magisterio anterior, aunque también podía serlo con un evidente criterio de ruptura.

Hubo de nuevo tensión, aunque no como antes, con motivo del Sínodo de los jóvenes. Pero este, para sorpresa de la mayoría, solo produjo la llamada a la sinodalidad como forma de gobernar y vivir en la Iglesia, que no se sabe muy bien lo que es y que puede servir para lo que cada uno quiera que sirva. Un ejemplo es lo que ha hecho el cardenal Cupich, de Chicago, uno de los adalides de la sinodalidad, que ha cerrado el seminario diocesano sin consultar con la junta asesora formada por laicos, la cual ha puesto el grito en el cielo y ha dicho que eso de la sinodalidad es una tomadura de pelo.

Ahora las aguas se están revolviendo de nuevo, con motivo de la celebración de otro sínodo, el de la Amazonía. Los más provocadores hablan no solo de la aceptación de los curas casados, sino incluso de que, para la eucaristía, podrá utilizarse una harina de yuca en lugar de harina de trigo; de momento no han dicho nada sobre el vino, pero pueden llegar a proponer que sea sustituido por la cachaza brasileña, el ron del Caribe o incluso el tequila mexicano. De hecho, ya se habla de que va a ser el sínodo de la pacha mama y no sé si lo hacen como estrategia, para que, poniéndonos en lo peor, luego se acepte con alivio algo que es malo, pero no tanto.