FINANCIACIÓN OCULTA. Uno de los cambios más drásticos que dejó la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos de 2016, producto de mesas de análisis con actores clave de las movilizaciones del año anterior y de un Tribunal accesible y un Congreso expectante, fue la modificación a los delitos de financiación electoral y los controles más específicos que instaló el árbitro en las agrupaciones políticas.
ABAJO EL GASTO. Se redujo el límite de gastos de campaña de los partidos a la mitad, por lo que como techo ahora solamente podrán usar hasta 29.6 millones de quetzales (3.8 millones de dólares), aunque el costo total de la elección se mantuvo en 500 millones de quetzales (65.1 millones de dólares).
AGONÍA ANTICIPADA. Piedras a la orilla de la carretera que han esquivado el “arte” electoral, paisajes no intervenidos. Apenas un puñado de vallas publicitarias y pósteres anunciando la solicitud de afiliación con un escueto mensaje propagandístico y algunos videos que circulan en redes sociales con ofrecimientos de campaña.
EL EFECTO JIMMY. La reforma de 2016 obligó a los partidos a postular candidato a presidente y vicepresidente o bien a participar en más de la mitad de los 22 distritos electorales.
UN TIBIO VOTO NULO. Por primera vez en la historia, el voto nulo contará en una elección guatemalteca.
LO QUE FALTÓ. La paridad de hombres y mujeres de los listados, la no reelección o dejar los listados nominales abiertos.
VOTO EXTRANJERO. También será el debut del voto en el extranjero, que solo podrán efectuar quienes viven en Estados Unidos. EFE