Es importante que cada vez que se experimente el sentimiento de culpa, las personas puedan perdonarse a sí mismas, pues no significa caer en el victimismo. Siempre la culpa trae la forma de cómo llamar nuestra atención para evidenciar que algo malo se ha hecho, pero se debe usar la culpa para aprender y mejorar como persona y no cometer los mismos errores.
“La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento”: San Bernardo de Claraval. Muchas personas siempre utilizan la culpa para manipular, victimar y denigrar a las personas, y la forma más vil y menos digna es culpando a otros de la mediocridad y falta de responsabilidad que cada persona debe admitir. La culpa ata el pasado y le roba las bendiciones del presente y futuro, nos lleva a no decidir eficazmente, evita aprender de los errores, lleva a las personas a disculparse con excusas, aumenta la rebeldía, vuelve insensible a la voz de Dios y más sensible a la voces de extraños, le roba el ser agradecido a Dios y a los demás y practicar el perdón.
Hoy libérese de la culpa, que no sea más la debilidad común y alimentada por recuerdos.
“No dejes que el futuro sea un rehén de tu pasado”: Neal A Maxwell.