La asignación proviene del latín assignatio. Se trata del acto y el resultado de asignar: indicar, establecer u otorgar aquello que corresponde. Toda persona que tiene una asignación siempre cumplirá su propósito, si tiene metas y está dispuesto a ir más allá de lo que se propone es seguro que su propósito y asignación está cumplida.
Todos tiene en la vida una pasión, es algo que los mueve, nos impulsa de adentro y disfrutamos hacer. Por eso es muy sencillo seguirlas, el problema es que no hay nadie que no tenga pasiones; esto puede parecer más a un instinto que un plan de vida, se puede decir que la pasión es la comida mala que nos afecta y el propósito es la comida balanceada, no significa que la pasión no es vital, pero debe ser encaminada con la asignación que toda persona tiene, ya que mantiene la motivación cuando la voluntad flaquea pero para eso hay que tenerla bien dirigida. Cuando se está en el propósito y la asignación, se ama y se sabe hacer las cosas de tal manera que marcan la diferencia y permiten ganar la vida. El éxito no es la obtención de dinero, status o poder; estos surgen del éxito, todo esto proviene del propósito de Dios en la vida y la asignación cumplida. La asignación siempre llevará seis elementos indispensables como ser la certeza, que es poder dominar algunas situaciones como la incertidumbre. Esto promueve los nuevos estímulos; el significado, que parte de la vida diaria de sentirse único, especial y necesitado; el amor, es poder tener un sentimiento de cercanía o unión hacia un grupo de personas; el crecimiento como la capacidad de autodesarrollo; el entendimiento del mundo, y la contribución, sensación linda de poder ayudar a los demás y hacer algo por el bien común; son principios básicos. El saber cómo lo logres viene del flujo de la vida; pero el qué y por qué es lo más importante y se debe tomar la asignación diaria sobre ello.
