No solamente en Honduras encontramos abogados procaces, sino que los hay en todas partes, como sucedió recientemente en Nueva York con uno de nombre Aaron Schlossberg, quien amenazó a los empleados de un restaurante en Manhattan con llamar a las autoridades de Migración porque hablaban español y se comunicaban en este idioma con los clientes, bajo la sospecha que eran indocumentados, provocando una andanada de críticas e indignación al considerar sus palabras como un ataque racista, en una ciudad famosa por su diversidad étnica y cultural, en donde se hablan unas 200 lenguas e idiomas, incluyendo español, que es el más hablado después del inglés, como lo explicó el alcalde de dicha ciudad.
Pareciera que con la asunción del presidente Donald Trump el racismo y la xenofobia está de nuevo cobrando auge en los Estados Unidos a pesar de que es un delito castigado por las leyes federales y condenado en el mundo entero. Expertos de las Naciones Unidas han denunciado su preocupación por la proliferación y el aumento del protagonismo de algunos grupos que propenden hacia los crímenes de odio, la discriminación y la violencia racista, por lo que el caso del abogado neoyorquino no sería un caso aislado.
El asunto es tan delicado que ya ha surgido una nueva denominación de los grupos de extrema derecha acusados de estos crímenes, quienes se autoproclaman de derecha alternativa. Concepto que se aplica a este movimiento que busca actualizar las ideas racistas y hacerlas más atractivas especialmente para los jóvenes, entre los que podemos incluir a Schlossberg, quien ya registra varios incidentes xenófobos, a tal grado que algunas organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han pedido a la Barra de Abogados de Nueva York su expulsión inmediata y la imposición de una fuerte multa por su inexcusable desafuero.
Richard Spencer, uno de los líderes de este movimiento, quien es a su vez el director del Instituto de Política Nacional considerado como un think tank ultraderechista, ha calificado esta conducta como “el principio del movimiento por los derechos civiles de los blancos”, al estimar amenazada la pervivencia de la raza blanca en los EE. UU. Como sabemos, la extrema derecha apoyó a Donald Trump en su campaña electoral por su discurso antiinmigrante, obligando a este a distanciarse de ellos después de algunos lamentables acontecimientos ocurridos al inicio de su mandato por grupos supremacistas blancos, como el Ku Klux Klan, que han simbolizado en el pasado la segregación y el racismo institucionalizado.
Al desvergonzado abogado de esta historia ya se le pasó factura por su condenable acto. Fue desahuciado del local profesional y varios clientes le han retirado su representación.
