El abusivo, grotesco y abultado aumento salarial que se han servido los padrastros y madrastras del Congreso Nacional es una vergüenza nacional e internacional y que los archivos de la historia de Honduras les abrirá expediente criminal.
Esta noticia ha sido una burla y una bofetada para el pueblo hondureño, el cual atraviesa por una palpable crisis, especialmente desde las recientes elecciones presidenciales del 26 de noviembre del año pasado, que trajo todo un caos con violencia, donde se perdieron varias vidas humanas y hubo destrucción de los bienes privados.
Los salarios de la mayoría de la masa trabajadora en el país son miserables, pues hay que recordar que el salario mínimo está en un promedio de siete mil lempiras mensuales y son los que producen el alimento y el desarrollo económico, especialmente los obreros y los campesinos.
Los docentes de cualquier nivel educativo, que son los que inculcan el pan del saber que es el elemento principal del desarrollo de cualquier nación, en Honduras el mayor porcentaje de estos empleados son mal pagados y cuando llegan los aumentos anuales están en el promedio de 200 a 500 lempiras y los empleados de salud, en cualquier categoría, reciben pagos injustos y miserables, como el personal de los hospitales públicos, motivos por los cuales las eternas huelgas.
Aunque en la empresa privada están los más bajos salarios, independientemente de sus actividades, comparados con los burócratas gubernamentales que son los que menos trabajan y los que más ganan.
El ejemplo mediático, los 128 diputados, donde están los mejores salarios del país, donde se legislan leyes en su mayoría en contra del pueblo y otros por llegar a tomar café, mover la cabeza para cualquier lado, se han aumentado de 40,000 a 72.000 lempiras mensuales, en un país llamado Honduras.
Esta noticia ha sido una burla y una bofetada para el pueblo hondureño, el cual atraviesa por una palpable crisis, especialmente desde las recientes elecciones presidenciales del 26 de noviembre del año pasado, que trajo todo un caos con violencia, donde se perdieron varias vidas humanas y hubo destrucción de los bienes privados.
Los salarios de la mayoría de la masa trabajadora en el país son miserables, pues hay que recordar que el salario mínimo está en un promedio de siete mil lempiras mensuales y son los que producen el alimento y el desarrollo económico, especialmente los obreros y los campesinos.
Los docentes de cualquier nivel educativo, que son los que inculcan el pan del saber que es el elemento principal del desarrollo de cualquier nación, en Honduras el mayor porcentaje de estos empleados son mal pagados y cuando llegan los aumentos anuales están en el promedio de 200 a 500 lempiras y los empleados de salud, en cualquier categoría, reciben pagos injustos y miserables, como el personal de los hospitales públicos, motivos por los cuales las eternas huelgas.
Aunque en la empresa privada están los más bajos salarios, independientemente de sus actividades, comparados con los burócratas gubernamentales que son los que menos trabajan y los que más ganan.
El ejemplo mediático, los 128 diputados, donde están los mejores salarios del país, donde se legislan leyes en su mayoría en contra del pueblo y otros por llegar a tomar café, mover la cabeza para cualquier lado, se han aumentado de 40,000 a 72.000 lempiras mensuales, en un país llamado Honduras.
