Mañana, 27 de abril, tendrá lugar la cumbre entre Corea del Norte y Corea del Sur, entre Kim Jong-un, y Moon Jae-in. Será en Panmunjom (Corea del Sur), en la zona desmilitarizada (DMZ), donde se encuentra el único punto de la frontera donde los soldados de ambos lados se ven directamente.
En los años 2000 y 2007, se celebraron reuniones de alto nivel en la capital de Corea del Norte, Pyongyang. Este encuentro será el primero en el cual un líder norcoreano estará en territorio surcoreano desde el armisticio que puso fin a las hostilidades entre los dos países en 1953.
Las dos Coreas abrieron un teléfono rojo entre sus dirigentes. La línea conecta la Casa Azul (presidencia surcoreana en Seúl) con la oficina en Pyongyang de la Comisión de Asuntos de Estado. Hubo una conversación de prueba entre los operadores que duró cuatro minutos y 19 segundos.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in (64 años), católico, casado y con dos hijos, abogado con experiencia en la defensa de derechos civiles, simboliza el deseo de cambio. En Corea del Sur los presidentes gobiernan cinco años y no pueden ser reelectos. Es el tercer presidente surcoreano desde que Kim Jong-un asumió el poder en Corea del Norte. Antes estuvieron Lee Myung-bak (2011-13) y la destituida, Park Geun-hye, ambos reacios al diálogo con Pyongyang.
La aprobación de Kim Jong-un, en su discurso del 1 de enero de este año, para que su país pudiera participar en los Juegos Olímpicos de invierno, dio paso a que su hermana, Kim Yo-jong, asistiera a la ceremonia inaugural. Después una delegación del sur visitó al norte y Kim Jong-un visitó China. Los 4 kilómetros de ancho de la DMZ se desvanecerán en Panmunjom, en la “Casa de la Paz”.
Máster en Relaciones Internacionales y en Estudios Asiáticos
En los años 2000 y 2007, se celebraron reuniones de alto nivel en la capital de Corea del Norte, Pyongyang. Este encuentro será el primero en el cual un líder norcoreano estará en territorio surcoreano desde el armisticio que puso fin a las hostilidades entre los dos países en 1953.
Las dos Coreas abrieron un teléfono rojo entre sus dirigentes. La línea conecta la Casa Azul (presidencia surcoreana en Seúl) con la oficina en Pyongyang de la Comisión de Asuntos de Estado. Hubo una conversación de prueba entre los operadores que duró cuatro minutos y 19 segundos.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in (64 años), católico, casado y con dos hijos, abogado con experiencia en la defensa de derechos civiles, simboliza el deseo de cambio. En Corea del Sur los presidentes gobiernan cinco años y no pueden ser reelectos. Es el tercer presidente surcoreano desde que Kim Jong-un asumió el poder en Corea del Norte. Antes estuvieron Lee Myung-bak (2011-13) y la destituida, Park Geun-hye, ambos reacios al diálogo con Pyongyang.
La aprobación de Kim Jong-un, en su discurso del 1 de enero de este año, para que su país pudiera participar en los Juegos Olímpicos de invierno, dio paso a que su hermana, Kim Yo-jong, asistiera a la ceremonia inaugural. Después una delegación del sur visitó al norte y Kim Jong-un visitó China. Los 4 kilómetros de ancho de la DMZ se desvanecerán en Panmunjom, en la “Casa de la Paz”.
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