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¿Nadie quiere ser Fiscal General?

  • 24 abril 2018 /

Es entendible que el Fiscal General es un cargo nada apetecible para quienes quieren ir de vacaciones.

Noé Vega

Ningún abogado quiere ser el nuevo Fiscal General o no hay quien los patrocine. La ausencia de propuestas para el cargo de Fiscal General de la República, aun con la iniciativa aprobada de las autopropuestas, revela que o los juristas no están interesados en el cargo o los interesados no encuentran patrocinadores; pero algo atípico está pasando con la elección de la cabeza del Ministerio Público.

Desde la elección del último Fiscal General, el escenario judicial en Honduras ha dado un giro distinto, el cargo de Fiscal General de la República en sí mismo ha cambiado, su nombramiento ya no se trata de cuatro años para ir a pasar el rato, la dinámica que le ha impreso el actual fiscal general al Ministerio Público le ha dado al cargo una importancia judicial impresionante y un peso político que no muchos abogados podrían llevar sobre sus espaldas. Y en esto, es decir, en la importancia que ahora reviste el cargo de Fiscal General, y más que peso político, el balance que viene a desempeñar en la política, se le debe por mucho a la creación de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih).

Son nuevos tiempos para la justicia del país y el último capítulo de este cambio todavía no está escrito. Aunque el fiscal Chinchilla salió de la Sala Constitucional, donde varios juristas de gran talla fueron destituidos ilegalmente, el apoyo con que ha contado de la Maccih y la provisión de recursos económicos y técnicos para la investigación y la persecución del delito le han permitido alcanzar cierta independencia de la escena política, bajar las cifras de la delincuencia y la impunidad, dándole al cargo mismo un perfil que cuenta con un crédito favorable ante la ciudadanía y ante la comunidad internacional.

Ahora, si hay todo este escenario de apoyo técnico y financiero, si hay un nuevo perfil para el cargo de Fiscal General, entonces por qué el actual Fiscal General de la República no mostró mayor interés en su reelección, la cual cuenta con el apoyo de la sociedad civil, de la Maccih y de la comunidad internacional. ¿A qué se debe que el Fiscal General no muestre mayor interés en conseguir los votos suficientes que le aseguren su continuidad en el cargo? Yo creo que se trata de conciencia de la responsabilidad y que nadie toma por la fuerza algo que se ha ganado a pulso.

No quiero decir que este actuar de la Fiscalía General sea insustituible o que su labor no pueda ser superada; pero hay que reconocer que ha hecho lo que muchos otros jamás hicieron o tal vez jamás pudieron. Sin embargo, las actuaciones del Fiscal General cuando el cargo se ejerce con responsabilidad, sin temores y se enfrentan los retos y desafíos de un país violento, con la impunidad reinando en el sistema de justicia y la violencia menguando el desarrollo de la nación, es normal que surjan enemigos como los hongos y los riesgos personales y familiares sean tan grandes que la responsabilidad asumida parece asimétrica. El nuevo Fiscal General tiene el reto de asumir un cargo redefinido por este actual fiscal, tiene el desafío de ajustarse a un nuevo escenario judicial, y cuando decimos nuevo es en muchos y variados sentidos muy nuevo. Hay un nuevo y enérgico circuito anticorrupción. La corrupción y la impunidad ya no es de consumo interno de los hondureños, la comunidad internacional y los cooperantes tienen puestos los ojos en este asunto. Es entendible entonces que el Fiscal General sea un cargo nada apetecible para quienes quieren ir de vacaciones.