19/04/2024
07:19 PM

Año agitado

Sergio Banegas

El año 2018 ha iniciado agitado en todos los órdenes: crisis profunda de la institucionalidad en Honduras como consecuencia de un megafraude electoral, movimientos sociales en Irán, temblores en El Salvador, Chile, San Francisco, California, frío impresionante en Estados Unidos, calores sofocantes anunciados para el verano, amenazas terroristas, Trump y Kim Jong-Un amenazando con activar el botón nuclear, déficits financieros...

Son tantas las olas de crisis que se levantan y seguirán levantándose en este año que parece que nuestra barca naufragará, en el horizonte se observan nubarrones que cargan tempestades que amenazan con anegar la existencia humana, llegar a puerto seguro al parecer será una tarea más que difícil.

Todas esas realidades de nuestro mundo son capaces de debilitar las raíces de nuestra vida, trayendo desesperanza y desánimo para el camino, he ahí el gran desafío de encontrar la solución en otra esfera para poder vivir con los pies en el suelo, pero con la cabeza y el corazón conectados al cielo.

Que la agitación que puede traer este año no mutile nuestros sueños y anhelos, para que ello sea así será clave que no quitemos los ojos del autor y consumador de la fe, que la meta esté siempre a la vista, olvidando ciertamente lo que quedó atrás y concentrándonos en el supremo llamamiento para nuestras vidas.

Job, el hombre sabio de la antigüedad, declaró que “hay esperanza para un árbol que ha sido cortado, puede retoñar nuevamente y echar renuevos. Sus raíces pueden envejecer en la tierra y su tronco puede secarse, pero con solo sentir el agua crecerá de nuevo y le nacerán ramas nuevas”.

Cuando venga la agitación y los gigantes ofendan no se atemorice, será el escenario perfecto para mostrar que somos más que vencedores en toda circunstancia.