18/04/2024
01:14 AM

Nuevo nacimiento

Sergio Banegas

La semana pasada pude vivir de cerca el nacimiento de Noah Caleb, el primogénito de una pareja de cuñados, y mientras admiraba las maravillas de Dios en la manifestación de una nueva vida indagaba en mi espíritu el misterio del nacimiento y de la necesidad de nuevos nacimientos.

Una nueva vida trae esperanza a un mundo en agonía, el rayo de luz de una criatura nos invita a levantar la vista al cielo para ver más allá de las estrellas y recibir la luz inmarcesible del Creador, que nos invita a creer lo imposible aun por encima de nuestras limitaciones humanas. Cada criatura que llena sus pulmones de aire y llora por primera vez es como un grito de victoria y de triunfo, es la vida derrotando la muerte, el gozo desplazando la ansiedad, la alegría que destierra el temor del mañana.

Hoy como ayer el Padre nos sigue esperando con brazos abiertos, no con dedo acusador, sino con mirada de misericordia, anhelando que la humanidad desorientada regrese al jardín de la comunión para recorrer de nuevo las sendas de justicia. Así como un niño se abre camino e irrumpe con gritos de júbilo en su llegada al mundo, de la misma forma el cielo está en la sala de espera aguardando el nuevo nacimiento que se obtiene cuando ponemos nuestra fe en Cristo Jesús.

Puje, incomódese, rompa el cascarón de la comodidad y del conformismo a lo natural y comencemos a caminar sobre las aguas sobrenaturales de la vida de Dios. Nicodemo vino a Jesús de noche y preguntó en representación nuestra cómo romper la fuente y experimentar esa nueva vida. Este hombre preguntó y encontró respuesta, hoy Dios sigue hablando y respondiendo a todos aquellos que se acercan aun en la penumbra de sus temores, pero que se atreven a realizar las preguntas correctas a la persona correcta.

Acérquese hoy a este Dios sobrenatural y salga a la luz de la vida eterna, le aseguro que gritará de júbilo como Noah Caleb al experimentar el soplo divino en su interior. No espere, el tiempo es ahora.