23/04/2024
02:36 AM

Seamos regalo

Puede imaginarse ahora, querido lector, cómo sería la vida llena de regalos.

Salomón Melgares Jr.

Está fuera de toda duda: los regalos son agradables, despiertan emoción, sorpresa y regocijo. Y si el contenido hace clic con la persona, estos pueden marcarle la rutina del día, de las semanas y, quién sabe, de la vida. De acuerdo con la enciclopedia, un regalo es la entrega de algo sin requerir nada a cambio; por extensión se puede llamar “regalo” a cualquier expresión de afecto dirigida a otro. Normalmente se entrega envuelto en un elegante envoltorio o recipiente adornado con cintas o lazos. Y si no se puede envolver, como ocurre con las flores, aún así se debería utilizar papel celofán o de otro tipo embellecido con algún detalle.

El conocido escritor español autor de varios libros superventas, Carlos Ruiz Zafón, dijo en una oportunidad: “Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe”. Y el escritor y psicólogo estadounidense Spencer Johnson, afamado por el éxito internacional ¿Quién se llevó mi queso?, manifestó: “La riqueza del regalo perfecto radica en el propio presente”.

Puede imaginarse ahora, querido lector, cómo sería la vida llena de regalos. Cómo sería su rutina y la mía si tuviéramos siempre un regalo en nuestro escritorio, o dos, o un montón. ¡La alegría sin límites! ¡Gratitud sin parar! ¡Cariño y amistad que no serían meras sensaciones pasajeras, sino sentimientos intensos del ser!

Eso es lo que sucedería, entonces, si cada uno de nosotros dispusiera ser, hoy mismo, un regalo para los demás. Un regalo bien engalanado porque se reconoce el valor que tiene el otro. Uno que se entrega con gusto, encerrando en su interior no un objeto destinado a ser usado solo una vez, sino algo con garantía de por vida, que estará siempre a la disposición, que será siempre de provecho, que hará clic siempre porque está hecho de amor incondicional, servicio y regocijo. En ese sentido, precioso más que el oro y pletórico más que cualquier cantidad copiosa de dinero, como lo es Jesús. ¡Tremendo regalazo para nosotros!, ¿no les parece?.