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Titilando

  • 30 septiembre 2014 /

Si los casos de corrupción en Honduras son combatidos como el del desfalco al IHSS; llegará el momento en que veamos, aunque sea titilando, claridad al final del túnel.

    “Terreno hostil” es el calificativo del presidente Juan Orlando Hernández al referirse, en entrevista exclusiva a LA PRENSA, a la actividad de los narcotraficantes, cuya significativa disminución ha quedado en evidencia en los espacios aéreo y marítimo, así como en las rutas terrestres. Sin embargo, la evidencia palpable es la reacción de estos grupos en contra de los operadores de justicia e, incluso, del mismo mandatario.

    La propuesta presentada en la Asamblea General de la ONU “para armar esa fuerza multinacional” sorprendió, pues la tensión y la atención de las potencias está enfocada hacia el terrorismo islámico y “no me parece que no se mire igual al narcotráfico cuando las consecuencias son iguales o similares, porque estos grupos hacen también terrorismo”, explica el mandatario.

    Si el puente natural, de sur a norte, es Centroamérica, cuya población, en unos países más que otros, sufre los efectos del tráfico de drogas; una multinacional habrá de ir al origen, a la fuente, allá donde se produce y allí donde se consume y eso son palabras mayores que ni en el Sur ni el Norte quieren escuchar.

    “Si Estados Unidos quiere consumir y legalizar la droga, ese es su problema; para nosotros lo importante es que no genere pérdidas de vidas o se abuse de la dignidad de las personas en Honduras”, expresa el Presidente, quien no solo liga las drogas a la violencia, sino a la infiltración en organismos e instituciones y al comportamiento de nuestra débil y vulnerable economía.

    La inseguridad, reflejada en los altos niveles de homicidios, va revirtiendo muy lentamente en la medida en que entra con fuerza la prevención, la participación ciudadana, la depuración policial y el fortalecimiento de los organismos de justicia, de manera que se llegue al corazón mismo de la impunidad, apuntando a lo alto.

    Para ello es necesario apostar por la credibilidad y confianza, de manera que vaya disminuyendo el vacío, lleno de desesperanza, entre autoridades y ciudadanos. El día en el que la credibilidad regrese y la confianza sea el empuje y la dinámica en la sociedad está aun lejano, pero cuando llegue habremos recuperado la Honduras que comenzó a perderse con la corrupción y con la falta de voluntad e incapacidad para combatirla.

    A ello se refirió el Presidente cuando se le preguntó sobre el Instituto Hondureño de Seguridad Social y el Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos con respuestas contundentes: “El que se metió en problemas, sea porque se ha ido o no se ha ido, tiene que enfrentar la justicia; esta es la nueva Honduras que estamos construyendo”.

    Si se consolida este mensaje, habrá llegado el momento en que veamos, aunque sea titilando, claridad al final del túnel.