19/04/2024
08:03 AM

País de humo

San Pedro Sula, Honduras.

Las diputadas del Congreso Nacional ahora deberán vestir según normas de algún diseñador. Así como vamos no tarda en exigirse que el color oficial de la ropa a utilizar sea azul. Y mientras en el Congreso se discuten estos importantes temas, las muertes en las calles continúan, los hospitales siguen desabastecidos y los hondureños seguimos muriendo por exceso de plomo y escasez de medicamentos.

Nadie pone en duda que al presidente Hernández le ha tocado afrontar grandes crisis heredadas por los últimos ocho años de malos Gobiernos y que no solo dejaron vacías las arcas del estado, sino que también una gran deuda con altas tasas de interés que debe honrarse. Comprendemos que el país lo recibió en estado de calamidad, pero no comprendemos por qué se sigue castigando al pueblo y dándole palmaditas en el hombro a los culpables del saqueo del Estado.

Todas las semanas se encuentran nuevos actos de corrupción de los Gobiernos anteriores, los jefes de las entidades contraloras del Estado salen dando declaraciones con el ceño fruncido, como para demostrar su indignación y determinación de llegar “hasta las últimas consecuencias” con los culpables; pero todo queda olvidado la semana siguiente cuando se descubre otro, y todo queda en llamarada de tuza.

Si el presidente Hernández les quiere cumplir a sus hijos la promesa que les hizo el día que tomó posesión, debería comenzar a depurar el círculo de sus colaboradores porque ahí hay personas que por querer quedar bien con él están prendiéndole fuego a la hoja de la mazorca encima de un tanque de gasolina y van a terminar incendiando todo el país. Para ser puntuales, nos estamos refiriendo a las personas que tiene a la cabeza de la Secretaría de Salud que por querer calmar la indignación que sufrió el Presidente al ver las condiciones inhumanas que viven los enfermos en los hospitales públicos, giró instrucciones para deducir responsabilidad a los responsables. Las investigaciones realizadas por todos los organismos independientes concluyen en que los responsables de ese y miles de casos más que nos indignan a todos los hondureños se encuentran sentados detrás de un escritorio allá en la Secretaría de Salud, en Tegucigalpa. Solo en la investigación que hizo esa Secretaría se encontró culpables a 55 enfermeras y médicos por no espantar, con efectividad, las moscas que pululan en las salas de emergencias del Hospital Mario Rivas. La Secretaría acusó, juzgó y dictó sentencia al estilo de la Santa Inquisición. Ahora hay más caos, ¡el hospital tiene turnos sin médicos ni enfermeras!, y los trabajadores de salud de todo el país están en alerta, esta semana se puede paralizar todo el sistema nacional de salud.

El Presidente es un hombre inteligente y sabe que no hay necesidad de incendiar el país por defender la postura de una amiga que solo quiso quedar bien con él. Hay grandes deficiencias, no hay dinero y todos debemos trabajar para sacar el país adelante. Que el humo de la tuza no nuble la razón ni asfixie la inteligencia.