24/04/2024
11:11 PM

Una visita muy especial

San Pedro Sula, Honduras.

Desde este miércoles veintitrés de julio y hasta el viernes veintiséis estará en Honduras monseñor Javier Echevarría, obispo, Prelado del Opus Dei. En una visita pastoral, en la que se encontrará con distintos grupos de personas, tanto en San Pedro Sula como en Tegucigalpa, animará a cientos de personas que reciben la influencia benefactora de la Obra a continuar por aquel camino que señalara el fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, y que no consiste sino en buscar la santidad en los distintos ambientes en los que los cristianos comunes y corrientes nos movemos, y que podemos resumir en tres: la vida de familia, el mundo del trabajo y las relaciones sociales.

Ya en enero del año dos mil monseñor Echevarría había estado por Honduras. Frescos estaban los recuerdos del huracán Mitch, y en una multitudinaria reunión organizada en Tegucigalpa nos urgió a ser solidarios, a no darles la espalda a los marginados de este país, a buscar solución a los graves problemas de desigualdad que aquejaban, y continúan aquejando, a gran parte de la población hondureña.

Y es que el Padre, como cariñosamente le llamamos, a sus ochenta y dos años, no deja su casa romana, la sede central de la Obra, por hacer turismo de este lado del Atlántico. A una edad en la que muchos optan por la merecida jubilación y prefieren una vida de sereno reposo, él, olvidándose totalmente de sí mismo y en un perfecto acto de donación y renuncia a la comodidad personal, vuela más de doce horas para estar unos días con nosotros y así animarnos con su palabra y con su ejemplo.

Hace un par de semanas pude ver un filmado de la visita que realizara en dos mil nueve a tres ciudades mexicanas: Aguascalientes, Monterrey y el Distrito Federal. Varias cosas me impactaron de este video: su profunda sencillez, su serenidad contagiosa y el enorme cariño con que trata y se dirige a la gente. Totalmente olvidado de sí mismo, el Padre es tremendamente empático, escucha con atención, agradece hasta el más mínimo detalle de cariño y se resiste a ser servido por otros. Además, sus palabras transmiten esperanza. En un ambiente en el que el pesimismo parece hacer tomado carta de ciudadanía, monseñor Echevarría seguramente nos recordará, como lo hace donde quiera que va, que hay que ver el futuro con optimismo, que no debemos olvidar que somos hijos de Dios y que la conciencia de este hecho transforma la vida de cualquiera.

Bienvenido monseñor Echevarría, bienvenido Padre, estaremos muy atentos a sus enseñanzas.