Manifestantes agitando carteles que pedían “muerte a los violadores” se congregaron ayer en el centro de Nueva Delhi, exactamente un mes después de la violación colectiva de una estudiante de 23 años en un autobús de la capital federal india.
“Ha pasado un mes y no se ha hecho justicia”, decía otro cartel en Jantar Mantar, un lugar tradicional de mítines donde la Policía empleó cañones de agua para dispersar una manifestación poco después de la violenta agresión del 16 de diciembre, que causó la muerte de la víctima. Algunas de ellas gritaban “queremos justicia”.
Seis personas fueron arrestadas después de esa violación y el caso está en manos de la justicia, pero numerosos indios exigen un juicio sumario.
Los cinco inculpados mayores de edad, de 19 a 35 años, podrían ser condenados a la pena de muerte. El sexto presunto autor es un joven de 17 años.
“No abandonaré mi huelga de hambre mientras ella no haya obtenido justicia”, declaró el miércoles la militante Jagjeet Kaur, que ayunaba desde hace tres días.
Entre los manifestantes había también adolescentes y mujeres jóvenes que acusaron a las autoridades de no garantizar su seguridad en Nueva Delhi, calificada por la opinión pública y los medios de comunicación de “capital india de la violación”. AFP
