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Caníbales aterrorizan al mundo

  • 08 junio 2012 /

El consumo de sales de baño -droga sintética hecha con componentes que contiene la marihuana- desquició a cuatro hombres.

Rudy Eugene, completamente desnudo, se abalanzó el pasado sábado 25 de mayo sobre un indigente que estaba en la orilla de una autopista de Miami, Florida, Estados Unidos, y comenzó a morderlo en la cara, a devorarlo como si se tratara de un depredador que atrapa a su presa en la selva y sacia su hambre.

Un oficial de la Policía llegó a la escena e impactado por el hecho le disparó a Eugene, que murió durante el incidente.

La noticia le dio la vuelta al mundo, pero nadie imaginó que sería solo el comienzo de varios incidentes de canibalismo que se han presentado en las últimas dos semanas.

Ello ha despertado la preocupación y la curiosidad en el planeta, por lo que parece ser una repentina proliferación de “comehumanos” o antropófagos.

Son cuatro en total los casos, todos en suelo estadounidense, y ya comienzan a surgir todo tipo de teorías sobre estos hechos.

El examen post mórtem que se le hizo a Eugene (31) reveló que había gran cantidad de pastillas sin digerir en su estómago, que han avivado la curiosidad de los investigadores.

Los reportes de los oficiales en la escena del crimen informan que se encontraron pedazos de la carne del indigente atacado por Rudy Eugene, quien mordió orejas, mejillas, nariz y ojos del hombre de la calle.

La autopsia reveló que había trozos de carne entre los dientes de Eugene, aunque no se encontró carne humana en su estómago.

El ataque habría estado motivado por el uso de ivory wave (ola de marfil), un estupefaciente conocido como sales de baño, sustancia elaborada por la industria farmacéutica que no está hecha para el consumo humano; sin embargo, los adictos a las drogas han descubierto que tiene efectos alucinógenos y estimulantes y por eso la consumen.

El 29 de mayo pasado, solo tres días después de este caso, Alexander Kinyua (21), estudiante estadounidense de la Morgan State University, en Baltimore (Maryland, este), le confesó a la Policía que había matado a su compañero de cuarto, desmembrado su cuerpo y comido su corazón y parte de su cerebro.

El estudiante fue arrestado luego de que su casa fue inspeccionada por la Policía. El propio hermano de Kinyua alertó a la Policía después de hallar una cabeza y manos humanas.

Alexander Kinyua confesó que se comió partes del cerebro y el corazón completo de su compañero Kujoe Bonsafo Agyei-Kodie, después de asesinarlo y desmembrarlo.

La víctima había sido reportada como desaparecida días antes.

Además, el fin de semana pasado, Brandon de León, un joven que vive en las calles de Miami, Florida, amenazó a dos policías, asegurándoles que se los comería.

De León (21) fue detenido cuando entró en un restaurante e insultó a un par de policías que estaban en el local, quienes tras el incidente decidieron detenerlo por mala conducta.

El informe policial detalla que cuando el joven era trasladado a la estación de policía comenzó a golpear su cabeza en reiteradas ocasiones contra el vidrio de la patrulla y gritaba: “Me los voy a comer”.

Al llegar a la comisaría, De León trató de morder a otro agente cuando le estaban tomando la presión arterial.

El documento de la Policía detalló que el joven parecía preso de rabia “gruñía, abría y cerraba la boca”, a veces sonaba como un animal.

Las autoridades sospechan que De León pudo actuar bajo el efecto de algunas drogas sintéticas como la llamada cloud 9 (Mefedrona), también relacionada con el incidente de Rudy Eugene.

Debido a estos incidentes, los miembros de la comisión del condado Miami-Dade aprobaron preliminarmente la prohibición de marihuana sintética, producto similar al incienso cuya venta a menores es ilegal, pero que se ha popularizado en Miami. La repentina reiteración de este tipo de casos sorprendió a la población estadounidense y mundial y se convirtió en preocupación e incertidumbre cuando se conoció la noticia de que Carl Jacquneaux (43), ciudadano residente en la ciudad de Lafayette Parish, Louisiana, Estados Unidos, atacó a mordiscos a su vecino y le sacó un trozo de carne de la cara.

Fue el cuarto ataque caníbal en Estados Unidos y también estaría relacionado con el consumo de “sales de baño”.

Todd Credeur, víctima del ataque, le informó a la Policía que estaba trabajando en el patio de su casa cuando de pronto Jacquneaux llegó y le mordió la cara.

Para defenderse del feroz ataque, Credeur utilizó un repelente de avispas y logró librarse de ser herido más gravemente. Tras la repetición de casos de canibalismo, las autoridades estadounidenses están en busca de respuestas, pues hay inquietud en la población de ese país.

Drogas llevan a los extremos

La droga cloud 9 y otras sustancias sintéticas conocidas como ‘sales de baño’ pueden causar una sensación de relajación extrema, ataque de pánico, apoplejía o incluso convertir al consumidor en un caníbal de la noche a la mañana.

Según agentes del orden de Miami (sureste de Estados Unidos), esta teoría podría explicar por qué un hombre desnudo se comió hace unas semanas y a plena luz del día los ojos, la nariz, las mejillas y la boca de un indigente.

“Debemos esperar los informes toxicológicos para afirmar esta posibilidad”, declaró Barbara Carreno, portavoz de la DEA (Administración Antidrogas Estadounidense).

Carreno agregó que el efecto de esta droga es tan fuerte que muchos la dejan inmediatamente después de probarla por primera vez.

“Ciertamente se percibe un comportamiento extraño en la actitud del hombre identificado como Rudy Eugene.

Estas sustancias químicas son muy peligrosas. Hay gente que las usa y luego dice que no la probará más porque les da miedo”.

Cloud 9 es una de las muchas sustancias sintéticas con nombres sugerentes -como ivory wave, vanilla sky o white lightning, conocidas como “sales de baño”, que contienen derivados de un estimulante cerebral.

La sustancia está prohibida en varios estados del suelo norteamericano y en la lista de drogas controladas por la DEA desde octubre de 2011.

Anteriormente,‘cloud 9’ podía comprarse legalmente en tiendas o gasolineras, además de por la red.

Según fuentes, esta droga se vendía por entre 18 y 40 dólares la unidad en tiendas de Estados Unidos, ya que en aquel momento se pensaba que era algo que podía agitar sus mentes sin violar la ley.

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