El exbanquero Ígor Alexéyev encendió el televisor de su casa para informarse sobre lo que aconteció ese día en su ciudad sin imaginarese que recibiría la noticia más inesperada de su ida: su mujer se prostituía en un burdel.
Así lo reportó el canal de noticias REN cuando la esposa del exbanquero, María Lusnikova, era arrestada por la Policía. Inmediatamente el hombre buscó anuncios de su mujer en internet y encontró varios en los que ofrecía una variedad de sus servicios sexuales.
Al parecer, Lusnikova cobraba unos 260 dólares (15.000 rublos rusos) a sus clientes por noche o la mitad de dicha suma por dos horas, reveló su marido. El esposo compartió con los reporteros su grado de indignación por la lista de servicios que acompañaba el anuncio.
Alexéyev recurrió a un juzgado para tramitar el divorcio y pidió reservar para él la tutela sobre la hija de ambos, de 6 años: solicitud que fue satisfecha en cuestión de días.
Incluso llegó a planear interponer una demanda para que su mujer no pueda ver a la niña, alegando que la pequeña tendría cicatrices emocionales si descubría la verdad sobre su madre.
Lusnikova alegó que no había alcanzado el nivel de bienestar que tenía como meta cuando se casó hace 8 años. 'Me prometiste montañas de oro', objetó la mujer en una conversación telefónica con su expareja, que también citó el canal REN.
En opinión de la trabajadora sexual, si el marido no trae bastante dinero a casa, entonces debe 'estar sentado callado'.