24/04/2024
06:21 PM

El Papa se reunió con la reina de Inglaterra en un clima distendido 

La soberana, vestida de lila y un clásico sombrero del mismo color, fue recibida junto con su marido en un salón anexo de la moderna sala de audiencias Pablo VI.

Ciudad del Vaticano.

El papa argentino, Francisco, recibió ayer por primera vez en el Vaticano a la reina Isabel II de Inglaterra para un encuentro distendido, casi familiar, que tuvo lugar un día después del 32 aniversario del estallido de la guerra de las Malvinas.

La reina, jefa de la Iglesia Anglicana (87) acompañada por su marido, el duque de Edimburgo (92) llegó con 20 minutos de retraso al Vaticano, algo inusual para la famosa puntualidad inglesa, debido a que el almuerzo con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, duró más de lo previsto.

Al término de la reunión privada con el Papa, que duró otros 20 minutos, el pontífice argentino le entregó a la monarca un regalo especial para su bisnieto, el príncipe Jorge de Cambridge, hijo del príncipe Guillermo y Kate Middleton.

Al bebé real, que cumplirá un año en julio, el papa le regaló un objeto artístico, un globo de lapislázuli, de un azul intenso, con una cruz de plata incrustada, mientras que a la reina Isabel le entregó el decreto papal de 1679 por el que se instaura el culto de San Eduardo el Confesor, monarca inglés y santo de la Iglesia católica.

Obsequio

Por su parte la reina le regaló al pontífice un enorme canasto con alimentos y bebidas producidos en sus cuatro fincas, entre ellos miel, huevos, mermeladas, jugo de manzana y hasta whisky escocés, lo que sorprendió al papa.

“Espero que sea un regalo poco común para usted”, le dijo la reina, quien con tono autoirónico le entregó también dos fotos de ellos en sendos marcos de plata.“Temo que se los tengo que dar. Es inevitable”, comentó con flema inglesa.

La pareja real, que fue aclamada por un grupo de personas que esperaba su paso por la Avenida de la Conciliación, de donde se accede a la plaza de San Pedro, permaneció en total unas cuatro horas en la capital italiana. La soberana, vestida de lila y un clásico sombrero del mismo color, fue recibida junto con su marido en un salón anexo de la moderna sala de audiencias Pablo VI y no en el suntuoso palacio apostólico.

El protocolo para la reunión entre el líder de la Iglesia Católica y la jefa de la Iglesia Anglicana fue aligerado debido a la edad de la pareja real británica, que escapó así a molestos escalones y el recorrido a pie de los largos pasillos y salones del Vaticano.

Ambas partes quisieron dar al encuentro un tono “informal, familiar”, según adelantó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

El Vaticano divulgó al final del encuentro un comunicado oficial, en el que se limita a describir el intercambio de regalos y no se informa sobre los temas abordados. AFP