Benedicto XVI terminó ayer su visita a España llamando a los jóvenes católicos a difundir su fe, tras la última misa de la Jornada Mundial de la Juventud, JMJ, que congregó a 1.5 millones de peregrinos, a los que les dio cita en Río de Janeiro dentro de dos años.
“¡Llevad el conocimiento y el amor de Cristo por todo el mundo!”, exhortó el Papa a los jóvenes tras una eucaristía al aire libre ante un mar de jóvenes, antes de regresar a Roma tras cuatro días en Madrid. “Él quiere que ustedes sean sus apóstoles en el siglo XXI y los mensajeros de su alegría. ¡No lo defrauden!”, les dijo antes de advertirles que no se dejen seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios.
El Papa volvió a celebrar misa en el mismo lugar en que la víspera presidió una vigilia de oración. “¡Espero que hayan podido dormir a pesar de la inclemencia del tiempo!”, “seguro que esta madrugada habrán levantado los ojos al cielo más de una vez, no sólo los ojos, sino también el corazón”, formuló a su llegada al aeródromo de Cuatro Vientos.
La multitud de peregrinos volvía a recibir a Benedicto XVI a primera hora de la mañana después de pasar la noche al raso, rezando y cantando en una superficie del tamaño de 48 campos de fútbol en la que algunos llevaban acampados 24 horas.
El campamento montado con sacos y esterillas al aire libre, donde los jóvenes soportaron el sábado temperaturas de casi 40 grados sin una sombra donde resguardarse, sufría aún los destrozos de la breve tormenta nocturna.
Nada más anochecer, al principio de la vigilia de oración, cuando el Papa había empezado a pronunciar unas palabras, un fuerte viento y lluvia acompañados de llamativos relámpagos sembraron el pánico por un momento en el lugar y obligaron al santo padre a interrumpir su discurso.
En él proponía a los jóvenes un matrimonio entre hombre y mujer abierto al “don divino de la vida”.
La tormenta, que causó siete heridos leves, dañó varias carpas instaladas a modo de capillas, donde se guardaban hostias para la comunión de este domingo.
Los organizadores anunciaron que, debido a esos daños, no todos los peregrinos podrían comulgar en la eucaristía celebrada ayer.
“Difundan esta experiencia”
El Papa abandonó ayer la capital española tras invitar a los jóvenes a “difundir por todos los rincones del mundo la gozosa y profunda experiencia de fe vivida en este país”. Más tarde, en el aeropuerto, antes de tomar el avión de regreso a Roma, tuvo unas palabras para España, asegurando que puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica, y dijo que reza por “los que no encuentran trabajo”, en un país con más de 4 millones de desempleados.
Benedicto XVI dio cita a los jóvenes del mundo en Río de Janeiro para la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en 2013.
