25/04/2024
02:47 PM

Obama pide al Congreso abordar tope de deuda

Una de las prioridades del Presidente al asumir su segundo mandato es reducir el gasto público.

Barack Obama, presidente de Estados Unidos, quedó satisfecho con el acuerdo de último momento que evitó que el país cayera por el “precipicio fiscal”, aunque considera que es solamente un paso en un plan general para apuntalar la economía y reducir el déficit federal.

Obama dijo ayer en su alocución semanal radial y por Internet que la nueva ley, aprobada por el Congreso el día de Año Nuevo y firmada el jueves, eleva los impuestos, especialmente los de los más acaudalados, y evita una recesión.

El mandatario encara ahora nuevas batallas con el Congreso para ampliar el tope de la deuda federal, que es ahora de 16.4 billones, y para resolver más de 100,000 millones en reducciones el gasto público que fueron postergadas por dos meses mediante el compromiso recién logrado.

Reducción

Los legisladores prometieron reemplazar esas reducciones generalizadas con recortes más puntuales que tardarían más en implementarse.

Obama, que habló desde Hawái, donde pasa unas vacaciones con su familia, dijo que está dispuesto a considerar más reducciones del gasto público y aumentos fiscales para mermar el déficit. Empero, aclaró que “no se comprometerá” con el Congreso para que este eleve el tope de la deuda federal.

La calidad crediticia del país fue devaluada por primera vez en 2011 luego de que los legisladores amenazaron con no actuar sobre el tope de deuda.

“Nuestras familias y negocios no pueden permitirse nuevamente ese peligroso juego”, dijo Obama.

Si los legisladores de ambos partidos “se centran en el interés de nuestro país por encima de los intereses partidistas, estoy seguro de que podremos reducir el gasto y elevar los impuestos de forma que reduzca nuestro déficit y proteja a la clase media”, insistió el mandatario. En la respuesta republicana, el representante Dave Camp dijo que cuando la atención vuelve a estar centrada en el límite de la deuda, “debemos identificar formas responsables para encarar el despilfarro de Washington”.

Los estadounidenses saben que “cuando no queda más dinero en la cuenta bancaria y las tarjetas de crédito han sido agotadas, el gasto debe cesar”, dijo.

Divididos

Las rencillas han llegado hasta el liderazgo partidista en la Cámara de Representantes. Las tensiones geográficas se han incrementado entre los republicanos del noreste del país con otros de zonas más conservadoras.

Los líderes del movimiento Tea Party han amenazado con usar la fuerza de los votos para castigar a decenas de republicanos que aprobaron una medida que eleva los impuestos a los estadounidenses de mayores ingresos.

“La gente está indignada. Y me sumo a esa indignación”, dijo Amy Kremer, presidenta del Tea Party Express, e insistió que no tiene “confianza alguna” en el partido que suelen respaldar sus miembros.

La dirigente habló luego de que los legisladores republicanos acordaron elevar los impuestos, pero sin lograr reducciones del gasto público, a fin de evitar el “abismo fiscal”.

“Todo el que votó ‘sí’ en la Cámara (de Representantes) debería estar preocupado” por las primarias de 2014, agregó.

No está claro si Obama puede explotar las fisuras del Partido Republicano o si la disfunción republicana se convertirá en un obstáculo.

Dado que John Boehner, presidente de la cámara baja, parece incapaz de controlar su fracturada bancada, la Casa Blanca tendrá que resolver cómo tratar con la Cámara en cualquier asunto que genere divisiones.