Aferrada a sus dos hijos y a su esposo y diciendo una plegaria tras otra para que no le sucediera ninguna tragedia a su familia pasó toda la noche del lunes anterior Ramona Gonzales, inmigrante hondureña que vive cerca de una de las zonas más afectadas en Nueva York por la supertormenta Sandy.
“Rezamos durante toda la tormenta. El viento se oía afuera como si iba a arrancar las ventanas. Tomamos todas las medidas de seguridad porque vivimos a unos minutos de Jamaica Bay, uno de los lugares que más se inundan y tiene problemas cuando llegan los huracanes.
Le pedía a Dios que protegiera a mis dos niños más que todo”, le contó Gonzales a Diario LA PRENSA.
Al parecer sus oraciones y las de todos los otros hondureños fueron escuchadas, pues a pesar de que 200 mil hondureños viven en las zonas que azotó la supertormenta Sandy, no hay información de que ningún compatriota haya sido víctima mortal del desastre. “Además de los problemas por falta de luz, la mala señal, de que casi todo el transporte está parado y los negocios y trabajos están cerrados, hay zonas donde se está poniendo peligroso porque se están metiendo a robar en negocios o llevándose cosas de los carros. Algunos se aprovechan de la situación, pero la Policía ya ha hecho arrestos, más que todo en Far Rockaway, Nueva York. Gracias al Señor estamos bien”.
Desastre total
Gonzales habló sobre los desastres en otros sectores.
“Fuimos a Hamilton Beach Queens, en Nueva York, porque mi esposo tiene un barco y quería ver cómo estaba. Encontramos muchas zonas inundadas y unos barcos que fueron arrastrados por el agua hasta las casas o las calles”.
Francisco Quezada Lobo, cónsul de Honduras en Nueva York, informó que varios compatriotas tuvieron que abandonar sus hogares porque residen en algunas de las zonas más dañadas por la tormenta.
“No hay ningún hondureño muerto por la tormenta Sandy, pero unos 20 mil compatriotas tuvieron que ser evacuados. Tendremos hasta mañana -hoy- las cifras de damnificados y albergados, ya que hay problemas con las comunicaciones”.
