23/04/2024
09:32 PM

Chile evalúa numerosos daños tras sismo de 8.2 grados

Las autoridades han informado de la muerte de al menos seis personas.

Iquique, Chile.

Miles de personas regresaban a sus casas en el norte de Chile ayer tras la evacuación por la alerta de tsunami activada por un sismo de 8.2 grados que dejó seis muertos y daños menores pese a su potencia.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien viajó a las regiones norteñas de Arica y Tarapacá, decretadas zona de catástrofe, se reunió ayer con un comité de emergencia para supervisar la situación y sobrevoló las zonas más afectadas.

A la luz del día comenzó la revisión de los daños estructurales en viviendas, escuelas y hospitales con el objetivo de garantizar la seguridad y recuperar cuanto antes la normalidad.

En Iquique, la ciudad más cerca del epicentro del sismo, y en la aledaña Alto Hospicio, fallecieron por infarto y aplastamiento una mujer y cinco hombres, uno de los cuales fue identificado como ciudadano peruano.

Pese a que todavía no estaba disponible una estimación de los daños, la Oficina Nacional de Emergencias situó en unas 2,500 las viviendas dañadas en Alto Hospicio, una población con residencias más precarias que Iquique.

Al amanecer, la alerta de tsunami que mantuvo evacuadas a 972,000 personas a lo largo de unos 4,329 kilómetros de costa fue cancelada después de unas 10 horas y los vecinos volvieron a sus casas.

“Se ha afrontado de una manera ejemplar una tarea titánica”, dijo Bachelet.

“El terremoto fue terrible y seguimos esperando un superterremoto”, señaló Jorge Reyes, residente en Arica y consultor de una minera estadounidense.

Reyes destacó el civismo y la madurez de los chilenos para hacer frente a los sismos. “Ya estamos acostumbrados a los terremotos; de alguna manera tenemos una educación cívica y no nos desesperamos”.

Más preparación y menos daños

En Iquique se veían ayer techos caídos, ventanales quebrados, y estantes y mercancías en el suelo en los centros comerciales, pero ningún edificio colapsado ni gran destrucción en las calles.

La prioridad en estos momentos, según Bachelet, es garantizar el acceso a agua y luz en las casas, servicios que iban reponiéndose de forma progresiva durante el día, alcanzando casi la normalidad. La escasez de energía eléctrica y el temor de que ocurra un nuevo terremoto habían desatado un frenesí entre los vecinos de Arica, al norte, por obtener pilas, linternas y alimentos.

“No tengo luz en casa, tenía que viajar a Iquique y fue imposible porque suspendieron los vuelos”, dijo Carla Fernández, una químico-farmacéutica que esperaba su turno para surtirse de vituallas.

Los supermercados abrieron durante la tarde y en las gasolineras de Iquique se podían ver filas de personas con garrafas para abastecerse de combustible, que era racionado a compras de unos 20 dólares.

Al mediodía empezaron a reanudarse los vuelos a las tres capitales del norte -Antofagasta, Iquique y Arica- que habían sido cancelados durante la alerta de tsunami.

Sin embargo, las carreteras para ingresar a Iquique se encontraban obstruidas por derrumbes y tenían grietas profundas. Pese a que el tsunami que siguió al sismo fue de poca intensidad, con un ingreso del mar de unos 200 metros en Iquique, en el puerto de la ciudad hubo cerca de 80 embarcaciones dañadas, hundidas y otras arrastradas por el mar hacia el continente.

En espera de ayuda

“Con esta catástrofe no podemos hacer nada, quedamos cesantes y esperamos la ayuda para recuperar nuestras embarcaciones”, dijo Eddy Varas, un pescador.

Tras su visita a la zona, Bachelet anunció medidas de apoyo para los pescadores y el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, aseguró que había recursos suficientes para hacer frente a la emergencia.

El sismo ocurrió a las 8:46 pm del martes, con un epicentro en el mar 89 kilómetros del suroeste de Cuya, y duró dos minutos, estremeciendo las regiones chilenas de Arica, Iquique y Antofagasta, unos 1,800 kilómetros al norte de Santiago. AFP