Caracas. Cientos de opositores venezolanos marcharon en Caracas ayer en rechazo a la “injerencia” cubana” en una nueva jornada de protestas -que suman ya 28 muertos- contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien defendió la alianza con La Habana ante miles de simpatizantes.
“Fuera Cuba de las Fuerzas Armadas” y “Fuera los espías cubanos”, decían las pancartas que llevaba una multitud que pretendía marchar hacia la embajada de Cuba, pero terminó por cambiar su ruta porque la Guardia Nacional Bolivariana bloqueó las vías hacia la sede diplomática, sin registrarse incidentes violentos, constató un fotógrafo de la AFP.
El acto fue convocado por el partido Voluntad Popular, ala radical de la oposición cuyo líder, Leopoldo López, se encuentra detenido desde el 18 de febrero.
“Rechazamos completamente la injerencia de Cuba en nuestros asuntos, de los hermanos Castro dentro de la Fuerza Armada y en nuestras instituciones”, dijo a la AFP Manuel Rangel (24) mientras sostenía una pancarta con el dibujo de un amenazante Fidel Castro junto a la consigna “¡Fuera el invasor!”.
Aliados
Caracas mantiene una amplia alianza política y económica con La Habana por convenios en áreas como energía, defensa, salud, educación y deportes, que fueron impulsados por el fallecido Hugo Chávez durante su gestión (1999-2013) y continuados por su sucesor Nicolás Maduro.
Como ha ocurrido desde que comenzaron las manifestaciones contra el Gobierno, el oficialismo también movilizó a sus simpatizantes, esta vez a trabajadores de los programas sociales de alimentación -que venden y distribuyen productos básicos subsidiados. Al recibir la manifestación en el palacio de Miraflores, Maduro defendió la alianza con Cuba y aseguró que mientras los opositores marchaban, él estuvo reunido con el embajador cubano revisando planes para “fortalecer y acelerar” la cooperación.
“Repudio toda la campaña nazi-fascista que desarrolla esta derecha troglodita contra el pueblo cubano”, fustigó Maduro.
Diálogo con oposición, estancado
Venezuela lleva más de un mes sacudida por protestas antigubernamentales, que se iniciaron en San Cristóbal y se ampliaron a ciudades como Caracas, Mérida y Valencia en rechazo a la inflación, la escasez de productos básicos, la represión de la fuerza pública y la detención de estudiantes en las manifestaciones.
Debido a las protestas, Maduro inauguró un diálogo nacional con varios sectores, pero hasta la fecha se han negado a participar los estudiantes opositores y la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), cuya ala radical pide la salida del Gobierno.
En una entrevista en el canal privado Televen, el líder opositor Henrique Capriles reveló ayer que “está en discusión” con el Gobierno la posibilidad de hacer un debate público sobre la situación del país luego de que semanas atrás la oposición se negara a dialogar con Maduro.
Sin embargo, en el acto de Miraflores, Maduro aseguró que Capriles “no tiene carácter y tiene doble moral”. “Si quieren venir, con respeto al Presidente, que es decir respeto al pueblo de Venezuela. ¡Si no, que no vengan, carajo!”, exclamó.
“¡Nicolás Maduro, no ofende quien quiere, sino quien puede, das pena ajena! ¡Tiemblas con la idea de un debate, estás entrampado!”, respondió Capriles, quien aboga por un diálogo “sin insultos” y perdió ante Maduro las elecciones presidenciales de abril de 2013 por un reducido margen de 1.5 puntos.
Continúan choques
Maduro, que denuncia las protestas como un intento de golpe de Estado, ordenó esta semana reforzar los operativos contra las protestas de radicales luego de asegurar que los focos de violencia se mantienen solo en dos de 335 municipios del país.
La tarde y noche de ayer, al menos 30 manifestantes radicales fueron detenidos por la Guardia Nacional (GNB) durante protestas en torno a la plaza Altamira, pero fueron liberados unas horas después, según la ONG Foro Penal.
Como casi a diario, un grupo de manifestantes volvió a enfrentarse con piedras y palos primero en Altamira y luego en el aledaño casco de Chacao, con efectivos de la GNB, que les lanzó gases lacrimógenos para dispersarlos. AFP
