15/04/2024
02:58 PM

'Pepe' Mujica, el hombre que ayudó a colocar a Uruguay en el mapa

Uruguay se convirtió este martes en el primer país del planeta en legalizar la producción, la distribución y la venta de marihuana.

Montevideo, Uruguay.

Con su estilo poco convencional, su pregonada condición de 'presidente más pobre del mundo' y ahora con una ley que legaliza el cannabis, el jefe de Estado uruguayo José 'Pepe' Mujica, un exguerrillero detenido y torturado durante 13 años, logró la proeza de colocar en el foco de atención global a este pequeño país del cono sur de América Latina.

Uruguay se convirtió este martes en el primer país del planeta en legalizar la producción, la distribución y la venta de marihuana, llegando más lejos que otras naciones que se lanzaron antes en una vía similar.

La aprobación del proyecto, que recibió sanción definitiva del parlamento la noche del martes, debió mucho al hecho de que fuera asumido y defendido por el propio presidente Mujica, un hombre a quien su figura (de baja estatura, robusto y de andar desgarbado), su lenguaje y su pragmatismo, además de su derrotero personal, le han valido un destaque particular en los foros internacionales.

Guerrillero en los años sesenta y setenta, preso político durante 14 años, de manera continua entre 1972 y el fin de la dictadura (1973-1985), parlamentario durante más de una década, ministro bajo la primera gestión de izquierda en la historia de Uruguay (2005-2010), Mujica, a quienes numerosos uruguayos llaman simplemente por su apodo, rehuye del protocolo, reivindica sus raíces campesinas y se caracteriza por un lenguaje directo y un decir poco ortodoxo que le han valido la simpatía de los sectores más populares de su país.

En 2010, cuando asumió la Presidencia de la república, a sus 75 años, no pocos recordaron a aquel Mujica de dos décadas atrás que, recién estrenado como diputado, llegaba a la sede del parlamento en una vieja motocicleta y vestido con pantalón vaquero, camisa y zapatos deportivos y a quien a menudo los guardias le impedían la entrada por su aspecto 'desprolijo'.

La 'moda' Mujica
Pocos meses atrás, una verdadera 'Mujica-manía' se apoderó de los medios de prensa internacionales, que uno tras otro comenzaron a llamarlo como 'el presidente más pobre del mundo', según tituló uno de ellos.

Extremadamente austero (dona el 87% de su salario a programas sociales de su partido, en especial a uno destinado a la construcción de viviendas para realojar a los habitantes de las villas miseria), Mujica aun hoy residiendo en su pequeña chacra de las afueras de Montevideo, donde cultiva flores y hortalizas junto a su esposa, la senadora y también exguerrillera Lucía Topolansky. Ambos carecen de guardaespaldas y comparten la vivienda con una perra vieja y renga.

'Necesito de muy poco para vivir. Llegué a esta conclusión porque estuve prisionero durante 14 años. La noche que me ponían un colchón me sentía contento. Y me di cuenta que me había hecho problema por muchas bobadas. (...) Si entro a consumir demasiado tengo que gastarme la vida trabajando para todo eso que estoy consumiendo', dijo en una entrevista a la AFP en 2012.

La independencia de espíritu y la simpleza propia del campesino caracterizaron desde siempre a este autodidacta que desembarcó en la izquierda radical proveniente de las filas de uno de los partidos históricos de Uruguay, el Nacional o Blanco, tradicionalmente ligado a los sectores rurales.

A comienzos de los años sesenta Mujica estuvo entre los fundadores del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), que pregonaba la lucha armada contra el sistema capitalista en un país en crisis que todavía conservaba gobiernos electos.

En 1970 es detenido por primera vez en un episodio en el que resulta herido de bala. Poco después participa en la fuga más espectacular de la historia de Uruguay, cuando 111 presos logran escapar de una cárcel de Montevideo a través de un túnel conectado con la red cloacal.

En 1972, en un país bajo 'Estado de guerra interno', la ofensiva combinada de la Policía y las Fuerzas Armadas logra desbaratar a la insurgencia tupamara. Sus principales líderes resultan muertos o detenidos. Mujica marcha a la cárcel. En junio de 1973, con la guerrilla ya derrotada, un golpe de Estado instaura una dictadura cívico militar que se extiende hasta 1985.

Mujica deberá esperar hasta el retorno de la democracia, en marzo de 1985, para ser liberado tras haber pasado 13 años de corrido detenido en condiciones inhumanas, dos de ellos en un pozo.

Hoy, el aura de 'El Pepe' supera las fronteras del país y son varios los líderes de la izquierda regional que lo consideran como una suerte de padre espiritual. Así lo veía, por ejemplo, el fallecido expresidente de Venezuela (1999-2013) Hugo Chávez.

Mujica, que le imprimió a su Presidencia un acento fuertemente 'latinoamericanista', ha sido llamado a jugar en estos años un papel conciliador en países del área pautados por una fuerte conflictividad política, como Venezuela o Colombia.

Por otro lado, su discurso ante la cumbre ambiental Rio+20, en 2012, en el que cuestionó el modelo de desarrollo y de consumo de los países ricos, fue particularmente remarcado a nivel internacional.

De esa época data el interés del laureado cineasta serbio Emir Kusturica, dos veces ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, por rodar un documental sobre la vida del mandatario uruguayo con el fin de transmitir 'un legado humanista que trascienda las fronteras', según dijo.

La despenalización del aborto y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, consagradas bajo la presidencia de Mujica, colocaron a Uruguay, antes aún que la legalización de la marihuana, en un lugar 'original' en un continente en el que la Iglesia Católica conserva gran influencia.

Pero el estatus de figura de consenso que suele acompañar a Mujica en el exterior no tiene equivalente dentro de fronteras, donde el presidente es cuestionado no sólo por la oposición sino también por sectores de la propia coalición de gobierno.

Por otra parte, si bien el país exhibe altas tasas de crecimiento económico y ha logrado reducir en gran medida los niveles de pobreza y extrema pobreza, presenta también una inseguridad creciente y sectores como la educación y la salud pública que atraviesan una aguda crisis.