Dilma Rousseff insiste en que es víctima de un 'golpe de Estado' y que está en juego la democracia de Brasil, pero sus opositores dicen tener las cartas para destituirla, ya que según ellos, la presidenta 'violó la Constitución' al manipular las cuentas públicas.
La mandataria es acusada de maquillar las cuentas públicas, un cargo muy técnico que formaba parte de una denuncia más amplia, que no fue aceptada porque abarcaba el primer mandato de Rousseff, que terminó en 2014.
En las próximas horas, todo indica que Rousseff será destituida y el poder lo asumirá su exvicepresidente Michel Temer, al que llama de 'usurpador'.
¿De qué se acusa a Dilma Rousseff? Éstas son las claves para entender el proceso:
¿De qué es acusada?
Según la acusación, esa práctica permite mejorar de forma engañosa las cuentas del gobierno federal, elevando el gasto público para financiar los programas sociales, antes de su reelección en 2014. Y a la postre, precipitó la crisis económica del país.
Inocente del escándalo petrobras
La denuncia original incluía denuncias de corrupción relacionadas con el fraude a Petrobras, que fueron excluidas por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que se centró en las faltas fiscales.
'Senadores de la República no pueden votar fuera de nuestra realidad, es necesario que el mundo sepa que no estamos tratando aquí de cuestiones contables (...). El Senado es tan soberano que tiene el derecho y el deber de analizar la denuncia íntegra', dijo la abogada acusadora, Janaína Paschoal.
¿Un plebiscito?
Ya hace algunos meses, después de suspendida y cuando su condena ya parecía escrita, Rousseff propuso llamar a un referendo para adelantar las elecciones, como parte de una reforma política. La opción ya fue rechazada por Temer.
¿Las últimas horas?
Es el último paso después de escuchar la defensa presentada por Rousseff, el lunes, y luego a los abogados de la parte acusadora y la defensa, el martes.
Todo indica que no habrá sorpresas y que la oposición contará con mínimo los 54 votos que necesita para destituir definitivamente a la mandataria del cargo del que fue apartada en mayo.
Con la sentencia viene además una inhabilitación política por ocho años.
¿Qué sigue después?
Si finalmente es inhabilitada, Rousseff saldría de la residencia presidencial de Alvorada, donde estuvo prácticamente execrada los últimos meses, y partiría a Porto Alegre (sur), donde reside su hija y nietos.
'No tengo duda de que todos seremos juzgados por la historia', lanzó Rousseff.