Washington, Estados Unidos.
Donald Trump se ha impuesto un nuevo desafío en su accidentada y polémica carrera hacia la casa blanca: conquistar el voto de las minorías raciales en los Estados Unidos, a quienes ha insultado y atacado reiteradamente en los últimos meses.
El candidato republicano, que al inicio de su campaña prometió levantar un muro en la frontera con México, busca ahora conquistar el voto latino. En un discurso el pasado sábado se dirigió no solo a los hispanos pero también a los afroamericanos preguntando ¿Qué demonios pueden perder? si votan por él.
Y es que tras conformar un grupo de asesores hispanos, el polémico magnate había anunciado que este jueves daría a conocer un plan para regularizar a millones de inmigrantes en un sorpresivo cambio de su retórica, sin embargo, postergó su esperado discurso para seguir evaluando el 'complejo asunto', dijo su jefa de campaña este martes.
Aunque creo que es una gran idea tener este tipo de discurso y ciertamente armar un plan completo, la inmigración es un asunto complejo y el señor Trump ha estado consultando a una gran variedad de personas', dijo a Fox News Kellyanne Conway, quien asumió hace una semana las riendas de la carrera del millonario hacia la Casa Blanca.
'Obviamente tiene sentimientos muy fuertes y propuestas de políticas respecto a la inmigración pero está hablando con personas para entender cómo aplicar esas ideas', añadió Conway.
'Trump le ha preguntado a los afroamericanos e hispanos: ¿Qué demonios pueden perder conmigo? Yo le contesto: Mi dignidad', tuiteó la estratega republicana Ana Navarro.
El magnate, que también ha prometido deportar a los 11 millones de inmigrantes, pareció descartar la necesidad de una nueva legislación migratoria.
En entrevista el lunes con Fox News dijo que las 'leyes vigentes son muy fuertes' y que lo primero que hará, si es presidente, será 'deshacernos de las personas malas (...) tan rápido que tu cabeza dará vueltas'.
Los demás indocumentados pasarán por 'un proceso', dijo. El domingo Conway había subrayado la necesidad de hallar 'un modo justo y humano de abordar' la situación de los indocumentados
