Sagamihara, Japón.
El lunes 25, Satoshi Uematsu, un hombre de 26 años, rompió una ventana y entró en el edificio del centro para discapacitados Tsukui Yamayuri-en, situado en la ciudad de Sagamihara.
Satoshi ató a los empleados y luego empezó a atacar a los discapacitados con cuchillos y tras la matanza se entregó a la policía. En el demencial acto mató a 19 personas e hirió a otras 25 y se convirtió en el protagonista de una de las peores masacres ocurridas en Japón desde 1938, cuando un hombre que llevaba un hacha, un sable y un fusil mató a 30 personas y luego se suicidó.
Las víctimas son nueve hombres y diez mujeres de entre 18 y 70 años. Los 25 heridos, entre los que hay 20 graves, algunos con “heridas profundas” en el cuello, según un médico, fueron trasladados a seis hospitales distintos. Uematsu trabajó en el centro hasta el pasado febrero, indicaron las autoridades y, según la cadena NTV, había sido despedido.
Ese mismo mes envió una carta al presidente de la Dieta, la cámara baja del parlamento japonés, en la que amenazaba con matar a 470 discapacitados atacando dos establecimientos. En la carta, Satoshi decía que esas matanzas serían una “revolución” que iba a “impedir la Tercera Guerra Mundial”, informaron medios japoneses.
Tras analizar el contenido y ante el peligro de que pudiera herir a alguien, el joven fue ingresado en un siquiátrico, pero el pasado 2 de marzo -12 días después de su internamiento- fue dado de alta debido a que los siquiatras concluyeron que su estado había mejorado y que ya no suponía ningún riesgo.
Cerca del centro, los vecinos aún se muestran sorprendidos. “Sonreía mucho y siempre saludaba, parecía un buen chico, es increíble”, dijo Akihiro Hasegawa, de 73 años.
El lunes 25, Satoshi Uematsu, un hombre de 26 años, rompió una ventana y entró en el edificio del centro para discapacitados Tsukui Yamayuri-en, situado en la ciudad de Sagamihara.
Satoshi ató a los empleados y luego empezó a atacar a los discapacitados con cuchillos y tras la matanza se entregó a la policía. En el demencial acto mató a 19 personas e hirió a otras 25 y se convirtió en el protagonista de una de las peores masacres ocurridas en Japón desde 1938, cuando un hombre que llevaba un hacha, un sable y un fusil mató a 30 personas y luego se suicidó.
Las víctimas son nueve hombres y diez mujeres de entre 18 y 70 años. Los 25 heridos, entre los que hay 20 graves, algunos con “heridas profundas” en el cuello, según un médico, fueron trasladados a seis hospitales distintos. Uematsu trabajó en el centro hasta el pasado febrero, indicaron las autoridades y, según la cadena NTV, había sido despedido.
Ese mismo mes envió una carta al presidente de la Dieta, la cámara baja del parlamento japonés, en la que amenazaba con matar a 470 discapacitados atacando dos establecimientos. En la carta, Satoshi decía que esas matanzas serían una “revolución” que iba a “impedir la Tercera Guerra Mundial”, informaron medios japoneses.
Tras analizar el contenido y ante el peligro de que pudiera herir a alguien, el joven fue ingresado en un siquiátrico, pero el pasado 2 de marzo -12 días después de su internamiento- fue dado de alta debido a que los siquiatras concluyeron que su estado había mejorado y que ya no suponía ningún riesgo.
Cerca del centro, los vecinos aún se muestran sorprendidos. “Sonreía mucho y siempre saludaba, parecía un buen chico, es increíble”, dijo Akihiro Hasegawa, de 73 años.