Al menos 19 civiles murieron ayer por bombardeos en la provincia siria de Alepo, en su mayoría en zonas controladas por los rebeldes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En este balance figuran también al menos tres civiles muertos en la ciudad de Alepo por cohetes disparados por los rebeldes contra los barrios controlados por las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.
Unos 200,000 habitantes de zonas rebeldes de Alepo están sitiados desde el 17 de julio y frecuentemente tomados por blancos de la aviación del régimen de Bashar al Asad y sus aliados rusos. Los bombardeos dañaron el fin de semana cuatro hospitales y un banco de sangre.
Ante este trágico panorama, ayer mismo Naciones Unidas pidió una tregua humanitaria de 48 horas cada semana para abastecer a los civiles atrapados en Alepo, tras un llamado a un alto al fuego inmediato realizada por Francia, Reino Unido y EUA. La idea de treguas humanitarias regulares ha despertado un “amplio apoyo” dentro de los 15 países del Consejo de Seguridad, dijo el embajador japonés Korp Bessho, que lo preside durante julio. Sin embargo no se publicó una declaración formal sobre el tema, tras la reunión a puertas cerradas sobre el tema. La reunión fue convocada después del bombardeo a los cuatro hospitales.
Francia, Gran Bretaña y EUA reclamaron un cese inmediato del fuego por motivos humanitarios. “La comunidad internacional no puede dejar que el este de la ciudad de Alepo se convierta en otra zona sitiada”, dijo el subsecretario general para asuntos humanitarios de la Onu, Stephen O’Brien.
“Es una situación medieval y vergonzosa. No debemos permitir que esto suceda”, agregó. O’Brien advirtió que se espera que los suministros de alimentos en la zona este de Alepo, bajo control de los rebeldes, se comiencen a agotar a mediados de agosto.
Alepo está dividida desde 2012 en barrios controlados por los rebeldes, en el este, y otros por el régimen en el oeste.