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De campeón de surf a guardián del mar

  • 02 mayo 2016 /

Ramón Navarro, primer surfista profesional de Chile, libra ahora una nueva batalla: preservar el litoral de su tierra natal, destino privilegiado de surfistas de todo el mundo, de los embates de la modernización.

Chile.

Ramón Navarro creció en la chilena Punta de Lobos, unos 220 km al sur de Santiago. Hijo de humildes pescadores, fue el primer surfista profesional de Chile y llegó a estar entre los tres primeros del mundo en su especialidad.

'Yo tenía esta visión que el mar era para pescar y para sacar algas, y entretenerse por allí, pero no tenía idea que estas olas que las veía toda mi vida se podían correr', indicó Ramón Navarro, surfista profesional chileno.

Especialista en grandes olas, hace dos años hizo historia al surfear en la modalidad tow-in en la Antártida.

Ahora se ha puesto una nueva meta: preservar este destino privilegiado de surfistas de todo el mundo de los embates de la modernización.

“Mi visión del mar no es solo entrar y correr una ola, sino que es diferente: entender por qué esta ola se generó, y entender que si nosotros cuidamos este lugar esta ola puede ser un potencial económico para la región y la ciudad y para los pescadores. Entonces mi legado es tratar de dejar un mensaje así bien potente de lo afortunados que somos de tener esta ola en Chile y de lo importante que es cuidarla”, añadió Ramón Navarro.



Con la ayuda de su fundación ya compró el extremo más emblemático de la costa para convertirlo en un parque protegido. Pero su meta es hacer lo mismo con todo el litoral de Pichilemu.

Algo que las autoridades locales no han logrado por falta de recursos.

“Claramente aquí el estado no es el propietario de los terrenos que colindan la playa, son privados. Entonces con ellos hay que llegar a acuerdos económicos; Muchas veces como los instituciones públicas no tienen los recursos que los propietarios le están dando a estos predios, las municipalidades muchas veces no tienen estos recursos o no han tenido las herramientas a través de los planes reguladores para poder adquirir estos terrenos como bienes nacionales {espulgues} que sea municipales o fiscales”, dijo Roberto Córdoba, alcalde de Pichilemu.

Lejos de amilanarse, Navarro apuesta a su popularidad para intentar preservar el libre acceso a la costa y promover una ley de protección del litoral. Texto, foto y video de AFP.