María necesitaba dinero para su hijo, que sufre parálisis cerebral, y un vecino aceptó ayudarla a cambio de un 'encargo': llevar marihuana a la capital. Sin dimensionar la gravedad del delito, esta humilde mexicana aceptó y ahora purga una pena de 10 años en prisión.
Era la primera vez que lo hacía y María -nombre falso por seguridad de esta madre soltera de la empobrecida Chiapas (sur)- lo vio como un 'ingreso para subsistir', según recoge la organización Equis, que el año pasado entrevistó a 10 mujeres encarceladas en Oaxaca (sur) por posesión, venta y transporte de cannabis.
Sus perfiles son parecidos: mujeres pobres, muchas sin estudios, víctimas de contextos violentos y con hijos dependientes de ellas que se involucran en el eslabón más bajo del narcotráfico -generalmente para ser mulas- muchas veces por un familiar.
'Es muy lamentable lo duro que ha sido para una mamá que hoy está en prisión porque a lo mejor la encontraron consumiendo marihuana o con una cantidad mayor a la que está permitida legalmente', dijo la semana pasada el presidente Enrique Peña Nieto al presentar al Senado una propuesta para legalizar el cannabis medicinal y aumentar de 5 a 28 gramos la cantidad legal que se puede portar.
En un giro a la política prohibicionista en un país azotado por la violencia del narcotráfico, Peña Nieto aseguró que uno de sus objetivos es despenalizar el consumo de la planta y se comprometió a que 'queden en libertad' quienes estén procesados o sentenciados por tener menos de 28 gramos, haciendo énfasis en las penas 'auténticamente desproporcionadas' a mujeres.
La AFP contactó a la Presidencia para tener más detalles de esta iniciativa, que podría ayudar a descongestionar las sobrepobladas cárceles del país, pero la dependencia no quiso hacer comentarios.
La propuesta se queda corta
Otra mujer en una situación parecida es Ana, una ama de casa que en 2015 cumplía un año y medio de prisión preventiva acusada de posesión de marihuana con fines de comercio después de que policías registraran su casa buscando a su pareja, presunto vendedor de drogas, y no lo encontraran.
'¿Cómo voy a denunciar al padre de mis hijas a pesar de lo que ha sido? Yo crecí sin papá y no quiero eso para ellas', expresó Ana.
Un 80% de las mujeres encarceladas lo están por delitos relacionados con las drogas. Son mujeres sin antecedentes penales que están acusadas por un solo delito y que en un 91,6% de los casos no llevaba armas, según la Primera Encuesta en Prisiones Federales realizada por el Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE) en 2012.