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Ecatepec, el hogar de la Santa Muerte recibe a Francisco

  • 14 febrero 2016 /

El Papa llega a violento suburbio de Ciudad de México para oficiar multitudinaria misa al aire libre.

Ciudad de México.

El papa Francisco llegó este domingo a un peligroso suburbio de la Ciudad de México para celebra una misa masiva al aire libre ante millares de fieles, muchos de los cuales pasaron la noche a la intemperie, desafiando el clima helado para escuchar a su pastor.

La misa en el campo de una universidad de Ecatepec, con capacidad para 300.000 personas, se celebra un día después de que el papa presionara a líderes políticos y obispos a combatir la violencia derivada del narcotráfico.

El pontífice llegó en helicóptero al Centro de Estudios Superiores de Ecatepec, donde abordó el papamóvil para recorrer lentamente el campo saludando a un mar de fieles que lo aguardaban con gritos de júbilo y ondeando banderas del Vaticano.

Antes de aterrizar, el helicóptero hizo un desvío en la ruta para sobrevolar las imponentes pirámides de Teotihuacán, el principal vestigio arqueológico del centro de México.

La ciudad de 1,6 millones de habitantes forma parte del estado de México, una región que se volvió lúgubremente famosa por las alarmantes cifras de desapariciones de mujeres y los hallazgos de muchos de sus cuerpos desmembrados flotando en el Río de los Remedios, a unos 20 km de la sede de la misa de este domingo.

Al menos 600 asesinatos de mujeres entre enero de 2014 y septiembre de 2015 se han registrado en el estado, según registros de la ONG Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

Custodiados por centenares de policías, los feligreses consideran que la visita del papa a Ecatepec debe ayudar a renovar la fe de sus habitantes y despertar la conciencia de los criminales.

'Sabemos que Ecatepec tiene muchos problemas en el sentido de inseguridad, secuestros', dijo Rodrigo Pérez, un estudiante de 25 años que quiere ser policía. La visita del papa 'es una oportunidad para hablar de paz y de unidad'.

Con Francisco en Ecatepec 'a ver si contrarrestamos algo (de la violencia), las mujeres merecen el respeto. A ver si el papa nos hace reaccionar para poder ser un país libre y en paz', reflexionaba la noche anterior Francisco Valdez, un septuagenario dueño de una imprenta.

Feminicidios

Pero otros habitantes de Ecatepec piensan diametralmente distinto. Karla Paola Romero, una estudiante de sociología de 21 años, estuvo a punto de engrosar la cifra de desapariciones de mujeres hace tres años, cuando dos hombres intentaron secuestrarla afuera de su casa. Para ella 'con un milagro' no se solucionan los feminicidios o la violencia de género.

Al pie del Cerro Gordo, donde en diciembre apareció el cuerpo desfigurado de una mujer con huellas de violación sexual, Romero espeta rabiosa que el papa decidió visitar Ecatepec para 'formar una fe', pero que se equivocó de lugar porque 'esa fe está pérdida'.