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La reconstrucción de Nueva Orleans tiene huella catracha

  • 28 agosto 2015 /

Nueva Orleans, Estados Unidos.

Cuando Nueva Orleans era una ciudad fantasma tras el paso del huracán “Katrina”, miles de latinos llegaron a ese lugar de donde todos se iban.

Con el “Katrina” surgió una fuerte demanda de mano de obra para labores de limpieza y reconstrucción: el huracán inundó el 80 por ciento de la ciudad, destrozó 250,000 viviendas y dañó un millón más.

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La gran mayoría de los trabajadores que reflotaron la ciudad eran centroamericanos, sobre todo hondureños. “Algunos regresaron, otros fueron deportados y otros se establecieron aquí. La población latina en Nueva Orleans ha florecido desde entonces”, explica Fernando López, organizador comunitario con el Congreso de Jornaleros.

El Congreso es una asociación que constituyeron los trabajadores de la reconstrucción de Nueva Orleans para defender sus derechos y denunciar los abusos.

En 2006, un año después de la catástrofe, alrededor de la mitad de la mano de obra en la ciudad era latina y el 54 % de ellos indocumentados, según un estudio de la Universidad Tulane. “Estos trabajadores fueron víctimas de abusos como el robo de salario, la explotación laboral, la exposición a materiales tóxicos, la discriminación y persecución policial, así mismo como la deportación masiva de cientos de ellos”, denuncia López.

FOTOS: El antes y despúes del huracán Katrina

La histórica diversidad de Nueva Orleans se acentuó tras el “Katrina”: descendió la población negra, mayoritaria y la más sacudida por la catástrofe, y crecieron la blanca y la hispana.

Foto: La Prensa



En 2005, los afroamericanos representaban el 67.3% de la población, y pasaron a ser el el 59.8% en 2014, según la Oficina del Censo.

“La mayoría de los afectados por el ‘Katrina’ fueron negros, por razones económicas. Los que tenían dinero y transporte, mayoritariamente blancos, pudieron irse antes”, explica a Ernest Johnson, activista afroamericano en Luisiana.

“Decenas de miles nunca volvieron, la mayoría negros. Los evacuaron a todas partes del país y allí se establecieron. El dinero que les dieron no les permitía volver, pero sí empezar una nueva vida allí”, añade Johnson, que denuncia que el Gobierno “no hizo suficiente” para que estas personas pudieran volver.

La población blanca de Nueva Orleans pasó en los diez años posteriores al ‘Katrina’ de representar un 26.5% a alcanzar el 31.2%. Muchos en la ciudad denuncian que sólo ellos pueden permitirse vivir en los nuevos barrios y edificios construidos con fuerte inversión privada tras el huracán.

Y en ese contexto cambiante, los latinos casi han duplicado su presencia: del 3.5% en 2005 al 5.5% en 2014, sin contar los indocumentados.

“Esta nueva generación de inmigrantes aún sigue enfrentando grandes retos como la explotación laboral y la discriminación racial”, denuncia López.

Los latinos que contribuyeron a reconstruir Nueva Orleans tras el huracán “Katrina” reclaman ahora el papel decisivo que jugaron tras la catástrofe y forman parte de la nueva fisionomía de una ciudad que ha visto acentuada su tradicional diversidad en los diez años posteriores a la tragedia.