Miles de guatemaltecos, liderados por los estudiantes universitarios, decidieron no reconocer a Otto Pérez Molina como actual presidente del país y le exigen su inmediata renuncia.
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Guatemala enfrenta una crisis política inédita en su historia reciente, desatada por la vinculación del presidente Otto Pérez y su ex vicepresidenta Roxana Baldetti, en prisión preventiva, con una red que orquestó un fraude multimillonario en las aduanas.
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El fraude se destapó tras un año de investigación luego de registrarse indicios de contrabando de importadores y tramitadores aduaneros en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el ente recaudador de impuestos.
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Según la denuncia en su contra, Pérez y Baldetti daban las órdenes para poner a personas que les permitieran tener el control total de la SAT, beneficiándose de los sobornos.
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En las escuchas telefónicas se hacen alusiones a personajes como el '1 y la 2', el 'mero mero' , la 'mera mera' y 'el dueño de la finca', que según la fiscalía hacen referencia al gobernante y a la entonces vicepresidenta.
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El Congreso guatemalteco comenzó a conocer este jueves el pedido de la fiscalía para levantar su inmunidad, luego de que el martes la Corte Suprema Justicia autorizara a evaluar si existen indicios para ello.
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El repudio contra Pérez es prácticamente generalizado. Académicos, universitarios, activistas de derechos humanos, organizaciones indígenas, iglesias, campesinos y los empresarios piden la renuncia.
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La corrupción aumentó la desconfianza de la población en la ya desgastada clase política y algunos sectores han llamado a aplazar las elecciones hasta que se promuevan cambios profundos al sistema.