Los españoles votaban este domingo en unas elecciones regionales y municipales que ponen a prueba a las nuevas formaciones políticas, como Podemos, inspirada en el movimiento de los 'indignados', frente a las fuerzas tradicionales.
En 'las elecciones más inciertas' desde la vuelta a la democracia en España, la clave podría estar en el 30% de indecisos que quedaban antes de estos comicios, que tradicionalmente anticipan la tendencia de los legislativos, previstos para finales de año.
Desde las 9h00 locales (7h00 GMT) y hasta las 20h00 (18h00 GMT), más de 35 millones de votantes están acudiendo sin incidentes a votar, registrándose una participación del 49,78% a las 16h00 GMT, ligeramente superior al 49,19% de 2011.
Las nuevas formaciones como la izquierdista Podemos, que lidera Pablo Iglesias, o su rival de centro-derecha, Ciudadanos, de Albert Rivera, esperan que el voto joven les ayude a romper la primacía que desde 1982 mantienen los socialistas (PSOE) y el gobernante Partido Popular (PP, derecha).
Los españoles renuevan 13 de los 17 parlamentos regionales, en un país muy descentralizado donde las regiones controlan políticas como educación o sanidad. La derecha domina 13 de estas comunidades autónomas.
Además, también elegirán a 8.122 alcaldes, incluidos los de Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla, las cuatro mayores ciudades españolas, dirigidas la primera por los nacionalistas catalanes y las otras tres por el PP.
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Las elecciones llegan tras una crisis cuyas consecuencias siguen notándose pese a que la economía volvió a crecer en 2014, un 1,4%.
Miles de jóvenes han emigrado huyendo del desempleo que afecta a un 23,7% de la población activa, a la vez que los escándalos de corrupción - en medio de una dura política de austeridad -, han contribuido a aumentar el malestar ciudadano dificultando los esfuerzos del PP por presentarse como el artífice de la recuperación económica.