Washington, Estados Unidos.
La hondureña María Rosa López pidió al gobierno de EUA el cierre de los centros de detención de familias migrantes, en una rueda de prensa junto a tres congresistas demócratas.
López estuvo presa seis meses en el centro de Karnes (Texas) y relató de manera muy cruda el calvario sufren los internos, especialmente los más pequeños. “Mi hijo llorando me dijo: Si no me sacas de aquí, me voy a tirar. Era en la planta de arriba”, afirmó sosteniendo el llanto con esfuerzo.
La hondureña aseguró que otras madres tuvieron que sufrir amenazas parecidas de sus pequeños.
“Muchos les han dicho a sus madres que se van a ahorcar en ese lugar si no los sacan por que tienen ocho, nueve y diez meses de estar en ese lugar”, afirmó.
Polémica medida
Los c entros de detención de familias migrantes reabrieron tras la crisis migratoria de 2014. Cinco años atrás habían sido cerrados tras demostrarse abusos en su interior. Actualmente, hay unas 3,700 camas funcionando y el gobierno paga a las concesionarias unos 137 dólares al día por migrante más un plus de $75 por cada menor. Pese al dispendio, varios migrantes se han quejado de las condiciones en que sufren esa reclusión. “El agua estaba tan sucia que casi no servía ni para asearse”, denunció María Rosa
La denuncia estuvo respaldadad por los congresistas hispanos Zoe Lofgren (California), Luis Gutiérrez (Illinois) y Lucille Roybal-Allard (California). “Es hora de terminar este sistema cruel de detención”, dijo Lofgren.
Las presiones para que el gobierno cierre estos centros aumentaron en abril luego que una corte de California dictaminó que violan un acuerdo judicial de 1997 que prohíbe la detención de menores de edad en instalaciones restrictivas.
La hondureña María Rosa López pidió al gobierno de EUA el cierre de los centros de detención de familias migrantes, en una rueda de prensa junto a tres congresistas demócratas.
López estuvo presa seis meses en el centro de Karnes (Texas) y relató de manera muy cruda el calvario sufren los internos, especialmente los más pequeños. “Mi hijo llorando me dijo: Si no me sacas de aquí, me voy a tirar. Era en la planta de arriba”, afirmó sosteniendo el llanto con esfuerzo.
La hondureña aseguró que otras madres tuvieron que sufrir amenazas parecidas de sus pequeños.
“Muchos les han dicho a sus madres que se van a ahorcar en ese lugar si no los sacan por que tienen ocho, nueve y diez meses de estar en ese lugar”, afirmó.
Polémica medida
Los c entros de detención de familias migrantes reabrieron tras la crisis migratoria de 2014. Cinco años atrás habían sido cerrados tras demostrarse abusos en su interior. Actualmente, hay unas 3,700 camas funcionando y el gobierno paga a las concesionarias unos 137 dólares al día por migrante más un plus de $75 por cada menor. Pese al dispendio, varios migrantes se han quejado de las condiciones en que sufren esa reclusión. “El agua estaba tan sucia que casi no servía ni para asearse”, denunció María Rosa
La denuncia estuvo respaldadad por los congresistas hispanos Zoe Lofgren (California), Luis Gutiérrez (Illinois) y Lucille Roybal-Allard (California). “Es hora de terminar este sistema cruel de detención”, dijo Lofgren.
Las presiones para que el gobierno cierre estos centros aumentaron en abril luego que una corte de California dictaminó que violan un acuerdo judicial de 1997 que prohíbe la detención de menores de edad en instalaciones restrictivas.
