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'La reelección es un derecho pero puede dar lugar a abusos'

  • 20 diciembre 2014 /

Entrevista al Doctor en Ciencias Políticas y Sociología Manuel Alcántara Sáez.

Este politólogo español es considerado uno de los mayores expertos en sistemas políticos en Latinoamérica. Sus estudios lo han hecho merecedor de un doctorado honoris causa en Argentina y de la Orden de Bernardo O’Higgins, una de las principales distinciones que el Gobierno de Chile otorga a extranjeros.

Manuel Alcántara Sáez reside en Madrid, España, y concedió una entrevista a LA PRENSA para abordar el tema de la reelección presidencial.

En Honduras se ha reabierto un debate delicado, el de la reelección presidencial. En general, este ha sido un tema polémico en toda América Latina. ¿A qué se debe?

Al temor al caudillismo y a la perpetuación en el poder.

¿Y cómo llega a ser una norma más o menos general en toda la región?

Es un “sarampión” que empieza a extenderse con la Revolución mexicana de 1910. Uno de los lemas más coreados era “sufragio efectivo, no reelección”. Una vez se consagró en la Constitución de 1917. México marcó una pauta de inflexión que sería incorporada a todas las constituciones latinoamericanas.

Actualmente, ¿en cuántos países sigue prohibida?

En pocos. México, Honduras, Panamá y Paraguay.

¿Cuándo cambió la tendencia a prohibirla?

En los años 90 del siglo pasado. Tres Presidentes muy diferentes consiguieron que se les permitiera ser reelegidos. Son Alberto Fujimori en Perú, Carlos Menem en Argentina y Fernando Henrique Cardoso en Brasil. Los tres reformaron la norma en 1994. Esa fue la primera oleada.

¿Y la segunda?

Eso pasó más recientemente en los llamados “países bolivarianos”. En medio, Panamá lo sometió a referéndum en 1996, pero la gente votó en contra. Es la única vez que un gobernante perdió una votación así.

¿Qué argumentos dieron los gobernantes para justificar las bondades de la reelección?

Generalmente se defiende que cuatro o cinco años no son suficientes para una acción completa de gobierno.

En esta segunda oleada que usted mencionaba, muchos de los gobernantes involucrados citaron el derecho del pueblo de reelegir un gobernante si estaban satisfechos con su gestión. Un argumento curioso, pues raras veces este es un tema que inquiete a la población.

La gran coartada suelen ser los índices de popularidad. En los países llamados bolivarianos, el índice de apoyo popular era muy alto, eso no se puede negar. En Venezuela, eso es clarísimo, al menos durante la época de Chávez.

Desde su punto de vista ¿qué ventajas e inconvenientes tiene la reelección presidencial?

Por un lado se permite la continuidad de un proyecto político, pero también es cierto que alienta a que ciertos gobernantes se enquisten en el poder y abusen de él.

¿Entonces cree que es más seguro para la estabilidad de un país no permitir la reelección?

Lo importante no es la reelección en sí. En general, esta se considera un derecho político, al menos en la teoría. Lo que realmente importa es garantizar que el mandatario no lo tenga fácil para abusar del poder. Hay que poner “candados” en el manejo de los fondos, los privilegios, los derechos de la oposición, etcétera.

Además hay varios tipos de reelección. En Chile o Uruguay, por ejemplo, se permite, pero de manera no consecutiva. Menem y el colombiano Álvaro Uribe intentaron obtener permiso para una segunda reelección, pero su petición fue denegada. Fujimori sí lo consiguió, pero apenas había iniciado su tercer mandato cuando estallaron los escándalos que le “obligaron” a dimitir.

¿Entonces se trata más bien de una cuestión de la madurez de las democracias?

Claro. Pero tenga en cuenta también que en Estados Unidos se limitó la reelección a dos mandatos consecutivos en 1946, tras la muerte de Franklin D. Roosevelt, quien había ganado cuatro veces consecutivas. Y en 1946 se supone que la democracia estadounidense ya estaba madura.