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Rick Perry amenaza con demandar a Obama por medidas migratorias

  • 20 noviembre 2014 /

El gobernador de Texas anunció que planea demandar a Obama por la ley ejecutiva que legalizaría a millones de inmigrantes.

Texas, Estados Unidos.

La división política en EUA resurge luego de que el gobernador de Texas, Rick Perry, anunció hoy que su estado 'probablemente' demandará a la Administración de Barack Obama por las medidas ejecutivas sobre migración que anunciará el presidente este jueves, con las que se podría evitar la deportación de cinco millones de indocumentados.

'Creo que es una posibilidad muy real', dijo Perry preguntado por esa eventualidad durante un encuentro de gobernadores del Partido Republicano en Boca Ratón (Florida).

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Además: Perry: Congreso carece de 'madurez' para enfrentar inmigración

El gobernador, que dejará su cargo el próximo 20 de enero y suena como potencial aspirante a la Presidencia de Estados Unidos en 2016, lamentó que Texas haga una inversión 'extraordinaria' de cerca de 12 millones de dólares al mes en seguridad fronteriza para prevenir la llegada de indocumentados.

Las declaraciones de Perry van en la misma dirección que las del gobernador electo y actual procurador general de Texas, el también republicano Greg Abbott, quien será el encargado de interponer la demanda.

'Será mi demanda número 31 contra él (de Obama) antes de dejar la oficina', dijo Abbott esta semana.

Foto: La Prensa

El gobernador tejano recorrió personalmente el Río Bravo, por donde miles de inmigrantes ingresan a EUA.
'Debemos reconocer, una vez más, que tenemos un presidente que se niega a cumplir con la Constitución', agregó.

Uno de los motivos por los que el gobernador electo se opone a las medidas que impulsará Obama es la 'preocupación' de que desemboquen en una 'nueva ola de actividad' migratoria, como la vivida en los últimos meses.

Ante el flujo migratorio del último año, en el que cruzaron la frontera de México con Texas cerca de 140,000 indocumentados -la mitad de ellos menores no acompañados-, Perry desplegó un millar de efectivos de la Guardia Nacional, una medida apoyada por Abbott.