El presidente de Bolivia, Evo Morales, conquistó electoralmente a la próspera y antañona opositora región de Santa Cruz; pero ha vuelto a fracasar en su intento de cerrar las heridas en el departamento amazónico de Beni, abiertas por lo que sus ciudadanos consideran “atropellos” del Gobierno.
En esta extensa pero subdesarrollada región, el oficialismo tuvo pocos avances electorales debido a una acumulación de frustraciones arraigada en la población contra el Gobierno.
Abundantes agravios
En Beni, Morales tiene un 42% de los votos frente al 50.8 % del opositor Samuel Doria Medina. Buena parte de ese apoyo se debe a que el número 2 de la lista, Ernesto Suárez, es un líder de peso en ese departamento.
Suárez fue gobernador de Beni, pero fue destituido a fines del 2011 en medio de una ofensiva del Gobierno contra las autoridades opositoras electas.
Esta es una de las heridas que siguen abiertas en la región amazónica, ya que a Suárez lo bajaron del puesto con el pretexto de una supuesta denuncia de corrupción y usando una ley para juzgar a autoridades que posteriormente fue declarada inconstitucional.
“Como pueblo elegimos a un gobernador y fuimos tumbados de forma inconstitucional”, afirma el actual gobernador beniano, el opositor Carmelo Lens, elegido en 2013 para completar hasta 2015 el período de Suárez que quedó a medias. Lens venció a la exmiss Bolivia Jessica Jordán, postulada por Morales, pese a que ella aparecía como favorita en las encuestas.
Abandono institucional
Otro ladrillo en la pared que separa a Morales de la mayoría de los benianos es su decisión de no declarar a Beni “zona de desastre” tras las graves inundaciones que sufrió el departamento a principios de este año. Esa decisión impidió que la ayuda externa fuera enviada directamente al lugar.
Según Lens, tampoco olvidan los benianos la brutal represión policial contra indígenas de la zona en 2011 cuando marchaban a La Paz para defender una reserva ecológica. “Lo que no acepta el Beni son estos actos de abuso y atropello y lo manifiesta en el voto”, afirma el gobernador.
El líder cívico David Coca resumió el fracaso oficialista en la zona con la siguiente frase: “Hay tres cosas que en la vida no se pueden comprar: el amor, la felicidad y Beni”. Coca destacó que en esa región pobre no hay empresarios a quien comprar.