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Obama mantiene la presión sobre los republicanos en el noveno día de bloqueo

  • 09 octubre 2013 /

Obama se reunió en la Casa Blanca con los líderes demócratas de la Cámara de Representantes.

Washington, Estados Unidos

El presidente de EE.UU., Barack Obama, inició hoy una ronda de reuniones a puerta cerrada con líderes del Congreso en busca de una solución a la crisis presupuestaria, tras subrayar que el cierre parcial de la Administración federal, en su noveno día, es 'completamente innecesario'.

Obama se reunió en la Casa Blanca con los líderes demócratas de la Cámara de Representantes y mañana prevé reunirse con los republicanos de ese órgano legislativo y con la bancada demócrata del Senado, como parte de una ofensiva política para lograr la reapertura de la burocracia federal y el aumento del techo de la deuda.

La Casa Blanca dijo en un comunicado que durante la reunión de una hora, Obama agradeció el apoyo de los demócratas a un presupuesto temporal libre de condiciones para restablecer las operaciones de las agencias federales y 'poner fin al dolor innecesario' causado por el cierre.

Tanto Obama como los demócratas del Congreso continuarán presionando para que los líderes republicanos de la Cámara baja permitan un simple voto de 'sí o no' -sin añadidos- a una medida presupuestaria aprobada por el Senado que restablecería la normalidad, dijo la Casa Blanca.

Hablando desde un mismo guión, Obama y los legisladores demócratas coincidieron en que no pueden permitir que una 'facción' de la bancada republicana, en alusión al Tea Party, exija el pago de un 'rescate' por hacer la labor que les corresponde, que es aprobar el presupuesto, según la Casa Blanca.

Además, Obama reiteró su deseo de que, una vez resuelta la crisis actual, se pueda entablar un diálogo con ambos partidos sobre un acuerdo presupuestario más amplio, centrado en la creación de empleos, el crecimiento económico y el fortalecimiento de la clase media.

Obama aseguró que la disputa actual en el fondo es una lucha por el avance de las 'familias trabajadoras' y por crear oportunidades para todos.

Durante una entrevista con un canal de la cadena televisiva CBS, Obama insistió hoy en condicionar las negociaciones a que los republicanos de la Cámara baja primero financien las operaciones del Gobierno.

Obama sugirió que el punto muerto se debe a la intransigencia del presidente de la Cámara baja, John Boehner, y el resto de los republicanos, y a su idea de acercar al país al borde del precipicio si la Casa Blanca no acepta la eliminación de la reforma sanitaria.

En una negociación normal, 'nadie obtiene el 100 % de lo que quiere' y lo que Boehner 'ha dicho básicamente es que si no consigue lo que quiere por completo, entonces no reabrirá el Gobierno', se quejó Obama.

'No lo entiendo, y no creo que la mayoría de los estadounidenses entiendan por qué necesitas cerrar el Gobierno para tener una negociación', manifestó.

Según los observadores, la reunión de Obama con los republicanos mañana será una importante prueba de fuego para resolver la crisis.

La reunión con los republicanos solo contará con un puñado de negociadores y no con toda la oposición, como habría deseado el presidente, lo que provocó una airada respuesta de la Casa Blanca.

Obama 'pensó que era importante hablar directamente con los legisladores que impusieron esta crisis económica en el país sobre cómo el cierre (parcial) del Gobierno y la incapacidad de pagar las facturas del país podrían devastar la economía', explicó en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

'Si los republicanos quieren tener una verdadera discusión, deberían reabrir el Gobierno y quitar de la mesa la amenaza de la morosidad', afirmó.

Un portavoz de Boehner, Brendan Buck, replicó que, en vísperas de que EE.UU. alcance el tope de la deuda el próximo 17 de octubre, una reunión vale la pena solo si la meta 'es encontrar una solución'.

'Esperamos que esta sea una reunión constructiva y que el presidente finalmente se dé cuenta de que los estadounidenses esperan que sus líderes puedan sentarse a resolver sus diferencias', subrayó Buck.

Obama mantiene la presión sobre los republicanos en unos momentos en que según una encuesta de hoy de la empresa Gallup, la popularidad de la oposición ha bajado al 28 % entre el público estadounidense, una baja de diez puntos respecto a septiembre pasado.

En cambio, los demócratas han sufrido solo una baja de cuatro puntos, a un 43 %, según la encuesta.