25/04/2024
02:29 AM

Boicot a Biden: tortuguismo en centros de detención de menores

Mientras cada día, estos albergues se llenan de más migrantes, de noche parece que la tarea será la de nunca acabar. El desfile humano cruzando en balsas tampoco cesa.

LOS ÁNGELES.

La llegada masiva de familias y niños a la frontera sur de Estados Unidos en las últimas semanas colocó nuevamente las miradas evaluadoras sobre el trabajo de los agentes de la Oficina de Control Fronterizo (CBP) y su responsabilidad en la actual situación.

El Sindicato de los agentes de CBP apoyó abiertamente la reelección de Donald Trump por lo que las suspicacias sobre qué tan rápido se han adaptado los oficiales de esta agencia a la nueva agenda migratoria del presidente Joe Biden y la oleada de migrantes ha levantado suspicacias.

Aunque no tiene evidencias contundentes, la profesora de la Universidad de Syracuse de Nueva York, Gladys McCormick, asegura que ha escuchado que “entre las diferentes agencias que han estado en la frontera hay un poco de ‘tortuguismo’” actualmente.

“Mucho del personal que antes había estado trabajando para Obama se ha ido, y entonces los que quedan eran personas más simpatizantes a la idea y a la ideología de Trump, y ellos no están contentos”, explica McCormick, directora de Diversidad, Equidad e Inclusión para la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de Syracuse.

En la mira

Las estaciones de la CBP en el Valle del Río Grande, en Texas, han recibido en las últimas semanas la visita de varias delegaciones de Washington, entre las que se cuentan funcionarios de la Casa Blanca y legisladores demócratas y republicanos, la última de ellas el pasado viernes con 18 senadores conservadores.

Las delegaciones buscan evaluar la situación después que se revelara un aumento en las aprehensiones de inmigrantes, que incluso obligó a la asignación de más agentes de la CBP en la frontera.

En rueda de prensa los legisladores liderados por Ted Cruz, aseguraron que los agentes de CBP estaban en desacuerdo con el desmantelamiento del programa Permanecer en México, (MPP), que obligaba a los solicitantes de asilo a quedarse en el país vecino, y que se habían advertido a la administración Biden sobre la ola de migrantes que abruma la frontera, entre otras quejas dadas a los republicanos.

En febrero, la CBP detuvo a 100,441 inmigrantes indocumentados, un 28 % más que en enero y cerca del triple que el mismo mes de 2020, entre ellos unos 9,300 menores de edad que llegaron sin la compañía de alguno de sus padres o tutor legal. La tendencia ha seguido a la alza en marzo y la controversia se ha centrado en los menores no acompañados que el Gobierno Biden ha decidido acoger, y deben salir de la custodia de la CBP en 72 horas, algo que puede verse dificultado si los agentes ponen en práctica su resistencia a su política para perjudicarlo.

Y Meyer advirtió que en este panorama “la administración de Biden enfrenta desafíos para abordar una cultura de abuso e impunidad que ha permeado a la CBP, y el ICE”.

Uno de los migrantes recién desembarcado al otro lado del río Grande es Dani, un hondureño de 42 años que viaja con su hija Daniela, de seis años. Ya hizo el mismo viaje hace dos semanas, exactamente por el mismo lugar, pero lo deportaron cuatro días después en un bus a Acuña, México. “Mi salario en Honduras no alcanzaba para mantener a mi familia”, dice mientras camina. (Photo by Ed JONES / AFP)

Crece el drama humano en la frontera entre México-Estados Unidos.

Desfile en el río Grande

Apenas cae el sol, los traficantes mexicanos inflan un bote, cargan 15 migrantes, gritan a los niños que dejen de llorar y reman con frenesí para cruzar en unos minutos el río Grande, hasta Estados Unidos. La escena se repite casi a diario desde hace dos meses, a veces toda la noche.

En la primera media hora de oscuridad del domingo, cuatro botes inflables con unos 50 inmigrantes indocumentados de Honduras y Guatemala llegaron a Roma, Texas, casi simultáneamente.

Agentes de la Patrulla Fronteriza suelen conversar y hasta bromear a los gritos con los traficantes al otro lado del río, pero no intentan detenerlos si no pisan suelo estadounidense.

Cuando llegan los migrantes, en ocasiones de a centenares y muchos de ellos menores que viajan solos, a veces ya ni quedan agentes en la costa. La CBP los detendrá a un kilómetro de allí, al final de un sendero arenoso que lleva a este pueblo de 11,000 habitantes en el Valle del Río Grande.

Brazaletes

Casi 100,000 inmigrantes indocumentados procedentes sobre todo de Honduras, Guatemala y El Salvador fueron detenidos por la CBP en febrero a lo largo de los casi 3,200 km de frontera entre Estados Unidos y México.

Los oficiales fronterizos, han advertido que los cárteles de la droga y traficantes de personas colocan distintivos a las personas que les pagan por ingresar de forma ilegal a EUA. ‘La información de las pulseras representa una multitud de datos que son utilizados por organizaciones de tráfico de personas, para medir el estatus del pago de una persona o su vínculo con grupos delictivos’, informó Matthew Dyman, vocero de CBP.