Personal médico extenuado atendía este lunes a los numerosos heridos que dejó el devastador sismo en la isla indonesia de Célebes, intentando limitar al mismo tiempo el riesgo de propagación del coronavirus.
Al menos 84 personas resultaron muertas y 30,000 evacuadas según las autoridades, tras ese terremoto de magnitud 6,2 que se produjo a primeras horas del viernes, reduciendo a escombros algunos de los edificios de la ciudad portuaria de Mamuju.
Los médicos, portando mascarillas, cuidaban a los pacientes que padecen fracturas y otras heridas en un hospital improvisado, instalado en tiendas de campaña en el exterior del único hospital aún en servicio tras el sismo.
'Los pacientes llegan sin parar' explica a la AFP Indahwati Nursyamsi, la directora del hospital general de Célebes Occidental en Mamuju. 'Es el único hospital que funciona en la ciudad'.
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Quienes ahí trabajan afrontan larguísimas jornadas laborales, lo que aumenta el riesgo de contraer el covid-19. Además, el miedo a un nuevo temblor complica las cosas.
'Muchos pacientes no quieren ser tratados en el interior del hospital, porque temen un nuevo sismo' y lo mismo ocurre con los médicos, asegura la directora del hospital.
'Hay tantos pacientes que llegan y necesitan ser curados de sus graves heridas. Es agotador (...) pero eso forma parte de mi trabajo' asegura una enfermera de 29 años, Agriani
Víctimas aún atrapadas
Tres días después de la catástrofe, era difícil saber cuántas personas podían permanecer atrapadas bajo los escombros. La mayoría de los 84 muertos fueron hallados en Mamuju, pero algunos cuerpos han sido extraídos de los edificios más al sur de la ciudad de 110.000 habitantes, que es la capital de Célebes Occidental.Al menos 18 personas fueron extraídas con vida de entre los escombros, según los equipos de rescate. La policía utiliza perros para ayudar en las labores de rescate en un hospital derrumbado, mientras los equipos de rescate siguen llenando los sacos mortuorios de los cadáveres extraídos de los escombros.
Una enfermera atiende a un paciente herido en el terremoto de 6.2 grados que se produjo a principios enero. Foto AFP
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Miedo a las réplicas
Estas personas dicen carecer de alimentos, de agua, de mantas, y de lo más esencial, además, muchos supervivientes temen volver a sus casas por temor a nuevas réplicas o a un tsunami.Este sismo no es la única catástrofe natural que se abate actualmente sobre este archipiélago asiático de 270 millones de habitantes. En la parte indonesia de la isla vecina de Borneo, al menos cinco personas fallecieron en las inundaciones, y decenas seguían desaparecidas, según la prensa local.
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Otras inundaciones también causaron cinco muertos en Manado, la gran ciudad del extremo norte de Célebes. Y en la provincia de Java Occidental, al menos 32 personas perdieron la vida tras las fuertes precipitaciones.
En el otro extremo de esta misma isla, el volcán Semeru entró en erupción el sábado por la noche, arrojando una columna de humo y cenizas de 4,500 m de altitud. Por el momento, no se registraron víctimas.
El archipiélago indonesio se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica y erupciones volcánicas.