El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó que sus fuerzas armadas tengan la orden de detener a migrantes que estén cruzando la frontera hacia EEUU, pero el jefe del ejército lo contradice y expertos aseguran que hace el “trabajo sucio” de Washington.
“No existe ninguna orden en ese sentido... no es nuestra función” la de detener a migrantes cruzando la frontera estadounidense, dijo ayer durante su conferencia de prensa matutina.
Aseguró que lo que el Gobierno está haciendo es “un registro de todos los que ingresan a nuestro país”. “Al mismo tiempo estamos apostando por dar opciones a los migrantes, en sus lugares de origen y en México, y cuidando que no se violen derechos humanos”, abundó.
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de junio, ambos países alcanzaron un acuerdo para suspender la aplicación de gravámenes y EEUU le dio a México 45 días para tomar medidas contundentes para controlar la migración.
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La imagen causó indignación y encendidas críticas, que aseguran que la detención de estos migrantes por parte de autoridades mexicanas constituye un muro invisible, en alusión a la amenaza del presidente Donald Trump de hacer pagar a México por una nueva muralla fronteriza que frene la migración.
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Interrogado sobre si el despliegue de unos 15,000 agentes de la Guardia Nacional y del Ejército en la zona fronteriza con EEUU no constituye un “muro”, el gobernante mexicano lo negó y aseguró que los esfuerzos se enfocan en regular la entrada de migrantes desde el sur.
15,000 militares envió México a su frontera con EEUU y unos 6,500 a su frontera con Guatemala.
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Un uniformado entrevistado bajo el anonimato por la AFP confirmó la versión de Sandoval. “Cuando vieron la foto nos dijeron que no podemos tocar a la gente, pero también nos ordenan que los detengamos y demos resultados”, aseguró este miembro de la Guardia Nacional desplegado en Ciudad Juárez.
“Que México evite que los migrantes crucen a Estados Unidos es hacerle la labor” a Washington, estima Vicente Sánchez, profesor investigador del Colegio de la Frontera Norte, con sede en la limítrofe Tijuana. “México está haciendo el trabajo sucio”, subrayó.
“Es una desgracia lo que pasa en términos de política migratoria, la ausencia de plan, es improvisado, no hay estrategia ni orientación”, deplora Javier Urbano, profesor investigador en estudios internacionales de la universidad Iberoamericana.
Al llegar a la presidencia, López Obrador defendía la causa de los migrantes y su gobierno anunció un plan de desarrollo en Centroamérica que inhibiría la emigración. Pero “ese plan quedó desvirtuado”, opinó Urbano.