L a crisis humanitaria se agudizó en el sur de México con los cambios en política migratoria impulsados por el nuevo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, denunció la oenegé Pueblo Sin Fronteras.
“Durante los últimos meses y a partir de que el nuevo gobierno anunciara el inicio de una nueva política migratoria de no contención y sustentada en el apego irrestricto al respeto de los derechos humanos, en la frontera sur de México se agudizó la crisis humanitaria”, destacó la oenegé en un boletín.
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Pueblo Sin Fronteras agregó que falta apoyo administrativo y humanitario por parte del Instituto Nacional de Migración (Inami) y otros organismos públicos.
“Cientos de familias, madres con hijos y adultos migrantes se ven obligados a soportar el tiempo de espera en condiciones de hacinamiento en parques, aceras y en las inmediaciones de las estaciones migratorias de Tapachula y Ciudad Hidalgo”, en Chiapas, apuntó el texto.
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De esta manera, denuncia corrupción al interior del INM, un creciente “clima de violencia” y la “falta de un plan migratorio estructural” y “visión a largo plazo”.
Hasta ahora las caravanas han sido de 1,000, 2,000 o 3,000 personas y otras de varios cientos. La mayor, a fines del año pasado, alcanzó los 7,000 integrantes y en algunos puntos se estima que pudo llegar a los 10,000.
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La medida fue, en un principio, bien aceptada por los migrantes. Pero la tardanza en la gestión de este oficio ha provocado aglomeraciones en varias localidades del sur de México, y situaciones de tensión.
Visas
De acuerdo con la oenegé, “hoy siguen llegando personas de distintas partes de las Américas en busca de protección de un Estado que dice abrogar por los derechos humanos pero en la práctica sigue una agenda global de secularización, racismo y muerte”, apuntó el texto.
El gobierno de López Obrador ha apostado por fomentar el desarrollo de los países de origen y por facilitar permisos de trabajo en México.
Desde fines del año pasado México ha concedido al menos 15,000 visas humanitarias que permiten a los migrantes permanecer y trabajar en México, pero ahora el Ejecutivo ha dicho que ha paralizado la concesión de tales visas y, en su lugar, quiere ofrecer permisos de visitantes más controlados que solo permiten al migrante radicarse y trabajar en el sur de México, con lo que se evita que lleguen a la frontera con EEUU.
Desde fines de 2018, el flujo de migrantes que se unen y optan por hacer su trayecto desde Centroamérica hacia Estados Unidos a cara descubierta no ha cesado, pero desde principios de este año los grupos han recibido menos atención mediática.
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Según Sánchez Cordero será para evitar que ingresen en el país miembros del crimen organizado o con antecedentes penales, pero todo apunta a que, si se concreta, se frenará el viaje de los migrantes hacia el norte.
“Discurso de miedo”
Pueblo Sin Fronteras denunció además que la secretaria de Gobernación mexicana, Olga Sánchez Cordero, legitima la política migratoria severa por parte de EEUU, y consideró dudosos los reportes sobre la creación de una gran caravana migrante.
En un comunicado, la organización refiere a la “caravana madre” con 20,000 migrantes hondureños de la que alertó la ministra mexicana tras su reunión el 26 de marzo con la secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, Kirstjen Nielsen.
La oenegé consideró que esta “ caravana madre” es una información dudosa que autoriza de forma velada la política migratoria del país vecino.
La secretaría de Gobernación mexicana insistió en la necesidad de ver quién organiza y financia estas caravanas porque detrás de ellas podría estar, además de la necesidad, el crimen organizado; y hasta perseguir “fines políticos y electorales”.
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Asimismo, llamó a esta forma de actuar como una suerte de “discurso de miedo”. Este “esparce sentimientos criminalizantes, racistas y xenófobos contra personas migrantes, y defensoras y coincide con el discurso que usa (Donald) Trump para su reelección presidencial”.
Según Pueblo Sin Fronteras, “la generación de un ambiente de descontrol de la migración en México y EEUU es propicio para cambios de leyes con un enfoque de seguridad, y de no respeto a derechos humanos”.
Actualmente, una caravana de unas 2,000 personas de países centroamericanos y del Caribe recorre el sur de México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
“Soy partidario de atender el fenómeno migratorio con desarrollo, empleo y bienestar. Y no voy a quitar el dedo del renglón”, opinó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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