Bagdad, Irak.
Sadam Husein, presidente de Irak entre 1979 y 2003, derrocado por Estados Unidos y ejecutado en Bagdad, tras se encontrado responsable de la matanza de 148 personas en la ciudad de Duyail en 1982, dedicó sus últimas palabras a Alá, según reveló su hija en su cuenta de Twitter.
Raghad Hussein acaparó la atención mediática tras compartir esta semana el último mensaje del dictador el 30 de diciembre de 2006, antes de ser ejecutado por sus crímenes de lesa humanidad.
'Oh, pueblo honorable, le confío mi alma a usted y al Señor misericordioso, que no defrauda al creyente honesto… Alá es grande', fue lo último que se escuchó decir al mandatario que se atrevió a desafiar a Estados Unidos.
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Raghad compartió además una grabación en la que Saddam pedía por la fortaleza de los iraquíes en medio de la invasión de Estados Unidos. Además, advertía sobre los peligros de la expansión de Irán.
