16/04/2024
03:52 PM

Cumbre climática: un 1.5 ºC más y la humanidad estará en riesgo

  • 15 diciembre 2018 /

    Katowice, Polonia.

    La comunidad internacional logró encarrilar la lucha contra el cambio climático en la COP24 al adoptar las reglas para aplicar el Acuerdo de París con el objeto de garantizar el futuro de las próximas generaciones.

    Reunidos en la ciudad polaca de Katowice, unos 200 países llegaron al final de casi dos semanas de arduas negociaciones, marcadas por un lado por la urgencia de actuar conforme a los últimos informes científicos y otro por el rechazo principalmente de Estados Unidos de considerar real esa amenaza.

    También la incógnita sobre la futura política climática de Brasil bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, un escéptico del calentamiento, así como las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia a raíz de una tasa ecológica, pesaron en el desarrollo de la 24ª Conferencia de la ONU sobre el Clima, tres años después de que el mundo festejara en París haber cerrado un acuerdo histórico.

    Mientras la temperatura ya aumentó un grado centígrado respecto a la era preindustrial y las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararon un 2.7% en 2018, los países más vulnerables, como Honduras, no cesaron de exhortar a un acuerdo ambicioso, advirtiendo de su riesgo de “extinción”.

    LEA: La COP24 acuerda las reglas para aplicar el Acuerdo de París

    Un hombre realiza una protesta relacionada con el cambio climático y la amenaza que se posa sobre el mundo.

    En medio de los debates, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo que es imprescindible avanzar hacia la plena descarbonización de la economía y advirtió que “es todavía accesible” frenar el calentamiento global.

    La ciencia.

    Después de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtiera en octubre de que el mundo no puede permitirse un aumento superior a 1.5 ºC, un grupo de países encabezado por Estados Unidos se opuso a apoyar el informe.

    El detalle es significativo, puesto que toda la acción climática internacional está llamada a basarse en estos resultados científicos. Según el IPCC, un aumento superior a 1.5 ºC pondría en peligro el futuro de la humanidad.

    “No es posible cuestionar el 1.5 ºC. Tenemos 10 años para invertir masivamente”, con este aumento como referencia, dijo el ministro costarricense de Medio Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez. “Esto es lo que buscan 190 países, mientras que otros siete, Estados Unidos, Rusia, China y los Estados árabes tienen dudas”, lamentó.

    La polémica empañó las dos cuestiones clave con las que se abrió la COP24: la elaboración de las reglas para aplicar el Acuerdo de París y la futura revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones.

    La primera atañe asuntos como la transparencia (cómo pueden los países verificar que cada uno cumple con sus promesas), y la financiación, esto es, de qué manera los países desarrollados acompañan a los más pobres a adaptarse al cambio climático.

    La segunda cuestión clave incumbe a la ambición. Si bien los países se fijaron en 2015 metas voluntarias de reducción de emisiones para contener el calentamiento a menos de 2 ºC, estas deberían revisarse en 2020.

    Representantes del sector privado y de la sociedad civil (cada vez más implicada a nivel local con la transición ecológica) acudieron por su lado a la COP24 a exhortar a los gobiernos a cumplir con su parte.

    “Hay mucho dinamismo y un gran sentido de la urgencia por parte de empresas, inversores, ciudades... Todos estos actores se están dando cuenta de los riesgos de continuar en una economía de carbono”, dijo Helen Mountford, responsable del ‘think tank’ estadounidense World Institute Resources.

    En pleno desarrollo de la cumbre, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió del riesgo del fracaso de la COP24 y aseguró que no lograr un acuerdo “no solo sería inmoral, sería suicida”.

    En un discurso ante el pleno de la cita, Guterres lamentó que “pese a algún progreso en los textos negociados, queda mucho por hacer”.

    El secretario llevó su preocupación a las redes sociales y por medio de Twitter hizo una segunda exhortación.

    “Espero que la sociedad civil y los jóvenes tengan que rendir cuentas a los líderes por su significado #ClimateAction. Les dije a #COP24 utilizar todos los poderes a su disposición y no renunciar”, escribió.

    Activista.

    Durante la semana, el ex vicepresidente de EUA y ahora activista medioambiental Al Gore anticipó un “gran cambio” en la política sobre cambio climático de su país en dos años, cuando tengan lugar las próximas elecciones presidenciales.

    En COP24, Gore se mostró convencido de que “EUA volverá a liderar” en materia medioambiental con la victoria del candidato demócrata en los comicios de 2020.

    “Quizá haya un gran cambio en dos años. Está en manos de la gente”, afirmó.

    El político demócrata se sintió optimista extrapolando los resultados de las elecciones de media legislatura del pasado noviembre.

    “El experimento con el presidente de Estados Unidos (Donald) Trump no va bien”, aseguró Gore, que ejerció de vicepresidente con Bill Clinton y fue candidato demócrata a la presidencia de EEUU, pero perdió en 2000 frente a George W. Bush.

    Gore, reconvertido a partir de entonces en un mediático activista contra el cambio climático, aseguró asimismo que aunque Trump haya anunciado la salida de su país del Acuerdo de París, esta no se materializará hasta 2020, con lo que el próximo presidente tendrá la opción de revertirla.

    Katowice, Polonia.

    La comunidad internacional logró encarrilar la lucha contra el cambio climático en la COP24 al adoptar las reglas para aplicar el Acuerdo de París con el objeto de garantizar el futuro de las próximas generaciones.

    Reunidos en la ciudad polaca de Katowice, unos 200 países llegaron al final de casi dos semanas de arduas negociaciones, marcadas por un lado por la urgencia de actuar conforme a los últimos informes científicos y otro por el rechazo principalmente de Estados Unidos de considerar real esa amenaza.

    También la incógnita sobre la futura política climática de Brasil bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, un escéptico del calentamiento, así como las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia a raíz de una tasa ecológica, pesaron en el desarrollo de la 24ª Conferencia de la ONU sobre el Clima, tres años después de que el mundo festejara en París haber cerrado un acuerdo histórico.

    Mientras la temperatura ya aumentó un grado centígrado respecto a la era preindustrial y las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararon un 2.7% en 2018, los países más vulnerables, como Honduras, no cesaron de exhortar a un acuerdo ambicioso, advirtiendo de su riesgo de “extinción”.

    En medio de los debates, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo que es imprescindible avanzar hacia la plena descarbonización de la economía y advirtió que “es todavía accesible” frenar el calentamiento global.

    La ciencia.

    Después de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtiera en octubre de que el mundo no puede permitirse un aumento superior a 1.5 ºC, un grupo de países encabezado por Estados Unidos se opuso a apoyar el informe.

    El detalle es significativo, puesto que toda la acción climática internacional está llamada a basarse en estos resultados científicos. Según el IPCC, un aumento superior a 1.5 ºC pondría en peligro el futuro de la humanidad.

    “No es posible cuestionar el 1.5 ºC. Tenemos 10 años para invertir masivamente”, con este aumento como referencia, dijo el ministro costarricense de Medio Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez. “Esto es lo que buscan 190 países, mientras que otros siete, Estados Unidos, Rusia, China y los Estados árabes tienen dudas”, lamentó.

    La polémica empañó las dos cuestiones clave con las que se abrió la COP24: la elaboración de las reglas para aplicar el Acuerdo de París y la futura revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones.

    La primera atañe asuntos como la transparencia (cómo pueden los países verificar que cada uno cumple con sus promesas), y la financiación, esto es, de qué manera los países desarrollados acompañan a los más pobres a adaptarse al cambio climático.

    La segunda cuestión clave incumbe a la ambición. Si bien los países se fijaron en 2015 metas voluntarias de reducción de emisiones para contener el calentamiento a menos de 2 ºC, estas deberían revisarse en 2020.

    Representantes del sector privado y de la sociedad civil (cada vez más implicada a nivel local con la transición ecológica) acudieron por su lado a la COP24 a exhortar a los gobiernos a cumplir con su parte.

    “Hay mucho dinamismo y un gran sentido de la urgencia por parte de empresas, inversores, ciudades... Todos estos actores se están dando cuenta de los riesgos de continuar en una economía de carbono”, dijo Helen Mountford, responsable del ‘think tank’ estadounidense World Institute Resources.

    En pleno desarrollo de la cumbre, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió del riesgo del fracaso de la COP24 y aseguró que no lograr un acuerdo “no solo sería inmoral, sería suicida”.

    En un discurso ante el pleno de la cita, Guterres lamentó que “pese a algún progreso en los textos negociados, queda mucho por hacer”.

    El secretario llevó su preocupación a las redes sociales y por medio de Twitter hizo una segunda exhortación.

    “Espero que la sociedad civil y los jóvenes tengan que rendir cuentas a los líderes por su significado #ClimateAction. Les dije a #COP24 utilizar todos los poderes a su disposición y no renunciar”, escribió.

    Activista.

    Durante la semana, el ex vicepresidente de EUA y ahora activista medioambiental Al Gore anticipó un “gran cambio” en la política sobre cambio climático de su país en dos años, cuando tengan lugar las próximas elecciones presidenciales.

    En COP24, Gore se mostró convencido de que “EUA volverá a liderar” en materia medioambiental con la victoria del candidato demócrata en los comicios de 2020.

    “Quizá haya un gran cambio en dos años. Está en manos de la gente”, afirmó.

    El político demócrata se sintió optimista extrapolando los resultados de las elecciones de media legislatura del pasado noviembre.

    “El experimento con el presidente de Estados Unidos (Donald) Trump no va bien”, aseguró Gore, que ejerció de vicepresidente con Bill Clinton y fue candidato demócrata a la presidencia de EEUU, pero perdió en 2000 frente a George W. Bush.

    Gore, reconvertido a partir de entonces en un mediático activista contra el cambio climático, aseguró asimismo que aunque Trump haya anunciado la salida de su país del Acuerdo de París, esta no se materializará hasta 2020, con lo que el próximo presidente tendrá la opción de revertirla.