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Macron buscará hoy dar fin a crisis por protestas

  • 09 diciembre 2018 /

El movimiento “chalecos amarillos” tiene contra las cuerdas al Gobierno francés, al que acusan de bajar el poder adquisitivo.

    París.

    Francia espera impaciente el discurso que pronunciará hoy el presidente Emmanuel Macron para desactivar la crisis de los “chalecos amarillos”, luego de que el sábado el país viviera una nueva jornada violenta que se saldó con casi 2,000 detenciones y puso al gobierno contra las cuerdas.

    FOTOS: Quiénes son los Chalecos Amarillos que tienen en jaque el Gobierno de Macron

    Como ya había anunciado el sábado el primer ministro, Édouard Philippe, y lo confirmó ayer el Palacio del Elíseo, el presidente Macron “se dirigirá a la Nación” con respecto a esta crisis hoy.

    La presidencia no proporcionó más detalles sobre esta esperada alocución.

    Macron, quien se reúne hoy con sus interlocutores sociales y representantes políticos, anunciaría “medidas concretas e inmediatas” para responder a esta crisis, según la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud.

    Efectos

    Es una “catástrofe para nuestra economía”, estimó ayer el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, después de cuatro sábados consecutivos de protestas de los “chalecos amarillos” que degeneraron en actos violentos. El ministro dijo que la caída de la actividad es de al menos 15% en la gran distribución, y de hasta 40% para los pequeños comercios.

    En cuanto al turismo, las reservas para las vacaciones de fin de año retrocedieron 10%, según el grupo nacional de cadenas hoteleras.

    Los “chalecos amarillos”, es un movimiento desestructurado y sin líder, y representa sobre todo a la población de clase modesta, que considera que la política social y económica de Macron beneficia a los ricos.

    Comenzó como manifestaciones contra un alza de los impuestos a los combustibles y se ha convertido en un movimiento popular frente a la pérdida de poder adquisitivo y contra el propio presidente.

    Macron ha hecho concesiones. Anuló el alza del gravamen a los combustibles, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses.

    Pero tendrá que ir más allá para calmar la cólera de las calles.