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París en estado de emergencia por ola de violentas protestas

  • 06 diciembre 2018 /

El descontento de los “chalecos amarillos” se extiende a otros sectores que mañana se tomarán la capital francesa.

    París.

    El gobierno del presidente francés Emmanuel Macron redoblaba sus esfuerzos para evitar un nuevo estallido de violencia en las protestas del los “ chalecos amarillos” previstas para mañana, en un clima de descontento general que se extiende a otros sectores.

    Las convocatorias a manifestar el sábado proliferaban en las redes sociales, despertando temores entre las autoridades de que se repitan las escenas de caos que dieron la vuelta al mundo el fin de semana pasado.

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    Para prevenir nuevos desmanes, las autoridades instaron a todas las tiendas y restaurantes de la avenida de los Campos Elíseos a cerrar sus puertas el sábado. La Torre Eiffel, la Ópera de París y una decena de museos de la capital, incluyendo el Grand Palais, el Louvre y las Catacumbas, tampoco abrirán al público.

    Los cierres preventivos no se limitaban a la capital. En Burdeos, donde se produjeron también choques violentos la semana pasada, la alcaldía anunció el cierre de una decena de museos.

    Además, cinco partidos de la liga francesa de fútbol fueron aplazados.

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    Las autoridades anunciaron también el despliegue de “recursos excepcionales” para asistir a los 89,000 policías que mañana estarán movilizados en todo el país. “Tenemos razones para temer una gran violencia”, advirtió el miércoles la presidencia francesa.

    Ocho mil policías patrullarán las calles de París, donde además las autoridades aseguran que desplegarán vehículos blindados, como no se veía en la capital desde los disturbios de 2005. El primer ministro, Edouard Philippe, cuyo liderazgo está siendo discutido, aseguró en declaraciones televisivas que cuenta “con la confianza del presidente” Macron. Pero la inquietud es creciente porque la ira se extiende a otros sectores.

    Los “chalecos amarillos”, que se movilizan desde hace tres semanas, rechazaron las primeras concesiones hechas por el gobierno, que consideran insuficientes, y muchos de ellos están determinados a retomar la capital este sábado. “Macron pateó el hormiguero, la gente pensó que iba a cambiar las cosas y aumentar el poder adquisitivo, y pasó todo lo contrario”, estima Joël, un jubilado de 66 años entrevistado en un piquete cerca de Metz.



    Jueves violento

    Ayer, más de 700 estudiantes fueron detenidos e interrogados por la policía, en la cuarta jornada consecutiva de protestas en los centros de secundaria.

    Los estudiantes protestan por una reforma educativa que introduce cambios en el acceso a la universidad o las tasas.

    Decenas de personas con máscaras que cubrían sus rostros lanzaron cócteles molotov, incendiaron contenedores de basura y se enfrentaron con la policía en varias ciudades del país. “Las situaciones son muy variadas, con bloqueos totales o parciales, barricadas para controlar el acceso”, dijo un funcionario del ministerio de Educación.